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"Mi hija se queja porque me paran por la calle"

Joan Roca: Cinco cosas que te pasan cuando eres el número 1

Joan Roca es el número 1. Hoy preguntamos al chef de El Celler de Can Roca qué tipo de cosas le pasan a uno cuando está en el 'top'. Esto es lo que nos cuenta.

Joan Roca nos confiesa que cosas le pasan por ser número 1.

Joan Roca nos confiesa que cosas le pasan por ser número 1.El Celler de Can Roca

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Ser el número uno del mundo está muy bien, desde luego que sí, pero no todo es tan bonito como puede parecer cuando estás en lo alto de la cumbre. Joan Roca, el cocinero de El Celler de Can Roca, que mantiene las tres estrellas Michelin y es el restaurante 'number one' según la revista británica 'Restaurant', nos da cinco ejemplos de cómo le cambia la vida a un cocinero cuando todo el mundo le señala como el mejor de los mejores.

Que te pidan mesa en El Celler de Can Roca continuamente.

"Lo más complicado de todo lo que me está pasando es que te paran por la calle y te piden una mesa para comer en El Celler de Can Roca. Y no podemos satisfacer todas las demandas: tenemos un bloqueo terrible, de meses de espera. Y encontrarte en la calle en esta situación, aunque no es un superproblema, resulta difícil de resolver".

Que viajas mucho para hacer cosas de lo más variadas.

"A mí me gusta viajar porque conoces otras culturas gastronómicas. Pero igual que viajas lejos para dar una conferencia en el foro de Davos o en la Universidad de Harvard, al día siguiente vas a la fiesta de las setas de Llagostera para que te den el Ou de Reig de Honor, y yo voy encantado y agradecido. Es divertido".

Que los jóvenes te pidan trabajo.

"Igual que tenemos mucha gente que quiere venir a comer, muchos jóvenes cocineros me paran en la calle o en los congresos y me piden que quieren trabajar en El Celler. Calculo que recibimos unas 600 solicitudes al año, y solo podemos coger a 45 chicos en prácticas. Es una fantástica consecuencia del éxito que estamos viviendo pero a la vez resulta difícil de gestionar".

Que tu hija proteste porque te paran siempre por la calle.

"Cuando voy a pasear por las mañanas por Girona o al mercado, mi hija Marina, de 12 años, me dice al volver a casa que me ponga una careta porque me paran para saludarme cada dos por tres. Mientras me están hablando por la calle, ella me tira de la camisa para seguir andando. Bueno, esto en realidad lo hacía cuando era más pequeña pero nunca se ha acabado de acostumbrar a todo esto".

Que sientes la presión de demostrar que te mereces el título de número uno.

"Hay una presión evidente aunque intento que la nuestra sea una cocina amable, donde todo el mundo tiene su función definida y sus herramientas. La gente observa lo que hacemos y tenemos la obligación de hacer cosas nuevas, pero esto nos gusta. En realidad, es lo que queríamos porque siempre hemos sido inconformistas y lo seguimos siendo. Para mitigar esa presión creciente, nuestro equipo va aumentando con gente de otras disciplinas, como una científica culinaria, un botánico, un enólogo e ingeniero agrónomo, y hemos añadido tres cocineros más al proceso creativo. Es gente importante que piensa con ópticas diferentes y de paso vamos descargando la presión creativa en un equipo más amplio".

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