Ginebras que enamoran

Lejos de las archiconocidas Tanqueray, Hendrick's o la últimamente muy en boga por su excelente relación calidad-precio Seagram's, existen ginebras cuyo uso está menos extendido pero que sin embargo son estupendas. Probablemente no será fácil encontrarlas en un bar de copas al uso, donde sí hallaremos las marcas anteriormente citadas, pero su degustación merece que dirijamos nuestros pasos a una coctelería 'old style' y asistamos a ese ritual casi místico que es la elaboración de un gin-tónic de manos de un buen gurú en la materia.

K-25, la Premium nacional
Nos ha robado el corazón por diversos motivos. El primero de ellos es que es azul. Y cuando te topas con una ginebra azul solo pueden pasar dos cosas: rechazo visceral o amor a primera vista. A nosotros nos ocurrió lo segundo, tras el proceso de tímido acercamiento inicial para asegurarnos de que era efectivamente azul, y que no era su botella la que estaba tratando de engañarnos. Una vez fuimos conscientes de que K-25 es, efectivamente, de un bello azul pálido que combina con las letras de su logo, procedimos a la posterior cata. Y nos encontramos con una ginebra muy cítrica, muy versátil, con notas finales de regaliz, cilantro o menta, y descubrimos que se elabora en Álava, en la Destilería Acha, y que está elaborada a partir de un triple destilado de grano de gran pureza, y mezclado con 11 destilaciones realizadas en alambiques de cobre, de más de 50 años de antigüedad.
PVP: 20,50 €.

South Gin, sobriedad de las antípodas
La South Gin neozelandesa es la ginebra seca por excelencia. Carismática y ligera, entre los botánicos que se utilizan para su elaboración hallamos las hojas de genciana (la típica planta con flores azules en forma de trompeta), un ingrediente poco habitual en la ginebra y que confiere a esta elegante South Gin su característico sabor. Además del enebro cuenta con dos especies autóctonas de Nueva Zelanda: las bayas de manuka y las hojas de kawa kawa. Esta ginebra es el resultado de una triple destilación, la tercera de ellas tras un lavado con agua de manantial. Muy recomendable para los amantes de la ginebra seca, fresca y delicada, no excesivamente perfumada pese a sus matices. PVP. 27,50 €.

Whitley Neill, memorias de África
Es la exótica de la lista, pues está elaborada con árbol baobab y, pese a ser inglesa, su etiqueta nos dice que está inspirada en África, el lugar de nacimiento, curiosamente, de la primera esposa de su creador Johnny Neill. Tiene un sabor muy peculiar gracias al baobab y, permítannos el detalle frívolo, parece ser que es la favorita de Jesús Vázquez, un tipo que, no hay más que ver a Roberto, buen gusto tiene un rato. De hecho, un 5% de los beneficios íntegros de esta ginebra se destinan a la repoblación del baobab. Cuenta además con notas de lirio, cilantro, cítricos y frutos del bosque. PVP. 21,95 €

Junipero, el clasicazo
Casi 50 grados de graduación para esta contundente ginebra elaborada en San Francisco y cuyos botánicos están guardados en el más absoluto de los secretos. Estamos ante una ginebra clásica, muy seca, en la que predomina por encima del resto el sabor y el perfume del enebro. Junipero empezó a elaborarse en 1997, antes de que empezase esta curiosa fiebre del gin-tonic a nivel mundial, y es un brebaje limpio y fresco, ideal para los amantes del gin-tonic pero no de la virguería, para todos aquellos detractores de lo que consideran un abuso insólito de verduras en las copas. Ideal con lima y hielo, a secas.
PVP. 32,90 €

Tann's gin, la juguetona
Es la ginebra femenina por antonomasia (con permiso de la G'Vine), así que absténganse señores atormentados con graves incertidumbres existenciales que lo que buscan en un trago son emociones fuertes. Tann's es, más que una ginebra, un juego en forma de brebaje con notas de pétalos de rosa, cardamomo, frambuesa y flor de azahar, entre otros, lo que le confiere una textura amable, aterciopelada, moderadamente alcohólica. Elaborada en una destilería de El Masnou (Barcelona), es un trago ideal para combinar con frutos del bosque.
PVP. 18,50 €