País Vasco
Los padres de un colegio de Bilbao piden protección para sus hijos de 6 años por las agresiones de un compañero
La extrema violencia del menor ha provocado el miedo en los niños, que no quieren acudir a clase, y la desesperación ante la tardanza de medidas por parte de la administración.

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Madres y padres desesperados, impotentes ante la situación de violencia que sufren a diario sus hijos en un colegio de Bilbao, piden medidas urgentes para que se busque un tratamiento para el niño de 6 años que agrede, con extrema violencia, a sus compañeros de clase. Los pequeños, atemorizados, no quieren ir al colegio y se teme que esta situación que se prolonga desde el mes de septiembre pueda causarles daños psicológicos. Las quejas a la administración no ha supuesto una mejora en la situación y por ello se manifiestan frente al colegio a diario para reclamar premura en las medidas. No quieren estigmatizar al niño agresor, pero sí que se le trate debidamente y cese la violencia.
Todo comenzó al inicio de curso en primero de primaria, en una clase con niños de 6 años. Uno de los alumnos empezó a mostrar desde el primer momento una actitud agresiva hacia el resto de la clase. Los padres de los niños agredidos lo pusieron en conocimiento del colegio pero los protocolos son muy lentos y hay una ley del menor que protege a estos niños.
Extrema violencia
Un padre nos describe alguna de las situaciones que se viven en el aula. "Pegarle al niño contra la cabeza contra un perchero metálico y hacerle una brecha y llevarlo de urgencia al hospital para darle puntos, tirarle una silla a la cabeza a una niña, clavarle un lápiz en el cuello a otro,... son ataques que no creerías en un niño de 6 años", nos cuenta uno de los padres que porta una pancarta frente al colegio.
Otra madre cuenta que "mi hija fue de las primeras en sufrir agresiones desde septiembre y al principio pensaba que era acoso escolar. En mi desesperación estaban sentados juntos y eso sí que el colegio me lo concedió, que se le cambió de ese sitio y estaban como más alejados del niño. Ahí sí que noté como que bajó notablemente, pero no desaparecieron las agresiones. Otros niños lo estaban sufriendo. Entonces estamos todas desesperadas, no sabemos qué hacer más".
"Es que todos los días son golpes y ataques. Un día le clavó un lápiz en la tripa, otro día salió como sangrando de la nariz", es todo así todos los días. Entonces la preocupación de traer a mi hija es que también si le traigo y pasa algo es mi responsabilidad porque yo sí le he traído al colegio, entonces eso es mi preocupación. Cada día notamos que las agresiones van a un nivel más más alto", cuenta otra madre muy preocupada.
Niños con miedo
La queja ante la supuesta inacción de las autoridades se traduce en extrema angustia: "Lo que pasa es que por esa inclusividad de ese niño lo van a marginar porque ningún niño quiere jugar con él porque les pega y le tienen miedo". Muchos niños no quieren ir a clase. Tienen miedo. Creemos que el niño necesita una ayuda. El Gobierno Vasco o quién sea tienen que ayudarle.
El mensaje es de gran desasosiego por el futuro: "Los niños están con ansiedad y esto puede dejar huellas. Podemos estar perdiendo a 20 niños por el camino. Yo creo que la administración tiene que tomar esto en serio y aplicar una solución que se salga de los protocolos establecidos, porque lo hemos estado aplicando hasta ahora y no el problema. A medida que el niño se vaya haciendo más grande, más fuerte va a ser cada vez más grave".
"La administración tiene sus protocolos y sus ritmos que suelen ser lentos. Yo creo que sí el colegio está haciendo está poniendo recursos por parte también de inspección. Pero esto no se soluciona, son muchos meses y nos preocupa no solamente ya la integridad física, sino también la estabilidad emocional. Porque son 19 niños encerrados en un aula con una persona porque pega, golpea y humilla", sentencia otro padre.
A la espera de un diagnóstico del menor
Los padres no saben qué le sucede a ese niño y la causa de su comportamiento violento porque para ello se necesita un diagnóstico. El proceso se encuentra a la espera de una evaluación psiquiátrica del niño por parte de Osakidetza. De momento los servicios sociales trabajan con la madre del menor.
Otra de las madres explica que se han producido ataques directos y continuados contra sus compañeros. El menor no focaliza contra ningún niño en concreto sino que arremete contra distintos chicos en momentos de crisis: "Una vez tiró una silla y le cayó en la cabeza a mi hija, otra vez que se enfadó con ella la tiró del pelo y le daba golpes contra el pupitre".
Los padres se encuentran heridos en un bucle burocrático desde septiembre mientras los protocolos se dilatan cada vez más en el tiempo. Se ha puesto un profesor a media jornada que le atienda a él, que le separe si le da un brote de violencia. Se necesita más el profesor toda la jornada pero no parece haber presupuesto ni medios.
Desde el centro sí están hablando con los padres del pequeño.
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