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Células madre

Más de 88.000 familias españolas buscan los cordones umbilicales congelados de sus hijos tras quebrar la empresa

Miles de familias decidieron congelar las células madre de sus hijos hace años, pero la empresa suiza en la que confiaron, quebró. Ahora, los cordones umbilicales están supuestamente en manos de un negocio polaco, aunque todavía no han podido ver las muestras ni saber nada sobre su estado.

Miles de familias españolas sufren ahora mismo el mismo calvario. Hace años decidieron congelar las células madre de sus hijos, pero la empresa suiza encargada de ello quebró, algo de lo que se enteraron tiempo después. Ahora, es una compañía polaca la que supuestamente tiene los cordones umbilicales, de los que no saben nada sobre su estado.

Luis Daniel Martín es uno de los españoles afectados. Sufre una leucemia rara que requiere un transplante de células madre, por lo que confió en la empresa Crio-Cord para congelar el cordón umbilical de su hija que necesitaría más adelante en su tratamiento.

Cuando se enteraron de la quiebra de la empresa suiza, no daba crédito. Además, el laboratorio no se responsabilizó del estado en el que quedarían las muestras, por lo que Luis ahora teme que las células madre que supuestamente le iban a salvar la vida, no puedan ser utilizadas.

"Es algo más que frustración, es miedo. Yo quiero seguir viviendo, quiero que mi hija tenga un padre. No quiero morir", contaba desesperado.

Patricia Ovies, una de las abogadas del caso, es también otra de las víctimas. Asegura que no le pueden decir "dónde está su cordón umbilical porque no lo saben". También su marido da por perdidas las muestras, ya que no hay ninguna prueba sobre el estado de las células madre congeladas por parte de la empresa polaca.

Más de 88.000 familias afectadas

En España hay más de 88.000 familias afectadas por esta situación. Desesperados por saber el paradero de los cordones umbilicales de sus hijos, algunos se acercaron incluso a la nueva sede de Polonia que, supuestamente, las tiene bajo su custodia.

"Las respuestas que me dieron me parecieron coherentes, pero no pude ver las muestras", asegura Juan, que no se rinde en su lucha por saber dónde están y cuál es su estado.

Por ello, tratan ahora de conseguir una orden judicial que les permita entrar en la fábrica, acceder a las instalaciones y comprobar el estado de las células madre de sus hijos congeladas.