Imagen de la joven Charley Jean después de su sesión de bronceado.

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REINO UNIDO | LUCHA POR ABANDONAR SU ADICCIÓN

Una joven tanoréxica gasta 180 euros a la semana y utiliza parafina para mantener su bronceado

Charley Jean tiene 19 años y sufre un trastorno, tanorexia, que le impulsa a tomar el sol compulsivamente para mantener su bronceado. Esta joven de Luton (Inglaterra) confiesa que visita los salones de bronceado seis veces por semana y unta su cuerpo con parafina líquida para que los rayos del sol penetren más profundamente en su piel.

La joven intenta abandonar su obsesión, que le cuesta unos 180 euros a la semana tal y como ha confesado en una entrevista al diario Daily Mail. Mantiene que tomar el sol se ha convertido en un hábito más adictivo que el tabaco para ella. Comenzó a tomar el sol a los 15 años cuando sufría acoso de sus compañeros por su sobrepeso. "Ahora me he dado cuenta de que no necesito estar de color marrón para sentirme mejor conmigo misma", confiesa.

Jean toma el sol en una tumbona en la playa.


Su peligrosa obsesión comenzó cuando conoció a un compañero de trabajo que estaba bronceado. "Parecía irradiar confianza y tenía un aspecto muy saludable", destaca la joven. Fue entonces cuando comenzó su amor por el bronceado que le llevó a tomar pastillas, infinidad de cremas y emulsiones bronceadoras para potenciar los efectos del sol. En sus vacaciones acostumbraba a usar aceite de bebe para tomar el sol y tan sólo crema solar de factor 8 en la nariz.


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