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EN BARCELONA

Condenan a cinco años de cárcel a un ladrón que olvidó la figura del bautizo de su hija en casa de la víctima

Johan Miguel Jaramillo asaltó, junto a dos compañeros, la casa de una mujer en la que habían estado haciendo unos trabajos, con tan mala suerte que se olvidó en una de las habitaciones una figurita con la que le habían obsequiado durante el bautizo de su hija.

El Tribunal Supremo ha condenado a cinco años y medio de cárcel a un ladrón que fue descubierto porque olvidó una figurita conmemorativa del bautizo de su hija encima de la cama de una de las habitaciones de un piso de Barcelona en el que entró a robar en octubre de 2013, junto a dos compañeros.

En la sentencia, la sala Segunda de lo penal del Supremo admite parcialmente el recurso planteado por el ladrón a la sentencia inicial de diez años y medio de cárcel que dictó la Audiencia de Barcelona, por un tecnicismo, al entender que, en su caso, el delito de robo con violencia está subsumido en el de detención ilegal, por lo que ambos no se deben acumular.

El robo ocurrió el 29 de octubre de 2013, cuando Johan Miguel Jaramillo asaltó, junto a dos compañeros, la casa de una mujer en la que habían estado haciendo unos trabajos, con tan mala suerte que se olvidó en una de las habitaciones una figurita con la que le habían obsequiado durante el bautizo de su hija.

La mujer les abrió la puerta porque los tres operarios le comentaron que tenían que entrar en la casa para recoger unas herramientas que habían olvidado. Sin embargo, una vez dentro, se lanzaron violentamente sobre ella, le colocaron un cuchillo en el cuello, la maniataron, la amordazaron, le ataron las piernas y se llevaron 1.500 euros que tenían en una caja fuerte, joyas valorados en otros 1.500 euros y efectos como un ordenador y teléfonos móviles valorados en 480 euros.

También intentaron forzar a la mujer para que abriera la caja fuerte que había en otra habitación, aunque no pudo debido a su nerviosismo. Una vez obtenido el botín, se dieron a la fuga, momento que la mujer aprovechó para librarse de las ataduras y llamar a su hija y a la policía para que fueran a auxiliarla.

La mujer entregó a los agentes una figura recordatorio de un bautizo que encontró encima de la cama de una de las habitaciones en la que estuvieron los asaltantes, lo que se convirtió en una pista clave para que los investigadores acabaran identificando a los ladrones. Para el Supremo, esta figura constituye una prueba de "especial relevancia", pues "difícilmente puede encontrarse una pista más incriminatoria" que el hecho de que uno de los ladrones se olvidara en el piso asaltado una figura recordatorio del bautizo de su propia hija, con la que la víctima no tenía relación alguna.

Los agentes investigaron entonces en qué bautizo se repartieron esas figuritas y, cuando lo descubrieron, se pusieron en contacto con la madre de la niña -expareja del ladrón-, que les mostró una fotografía de la celebración en la que figuraban una decena de personas. Los investigadores enseñaron esa fotografía a la mujer, que identificó en ella a Johan Miguel Jaramillo como uno de los asaltantes, lo que permitió finalmente localizarle y detenerle, junto a sus dos compañeros, que han sido condenados a la misma pena por el Supremo.

El acusado recurrió la sentencia inicial de la Audiencia de Barcelona al considerar que su reconocimiento había estado "viciado" de origen, ya que se practicó mostrando una sola fotografía a la víctima, aunque el Supremo le da plena validez porque entiende que posteriormente el hombre fue identificado en dos ruedas de reconocimiento y en el acto del juicio.

"La utilización inicial de la fotografía de los asistentes al bautizo constituye una diligencia de investigación razonable y proporcionada, pues el hallazgo del recordatorio permite centrar la investigación solo los asistentes al mismo, y es lógico procurar que la víctima pueda localizar entre ellos al asaltante de la vivienda que, presumiblemente, perdió el recordatorio mientras la maniataba y agredía", sostiene el tribunal.

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