Cáncer infantil

Un padre granadino recorrerá 1.200 km para visibilizar el cáncer infantil: “Quiero evitar lo que ha sufrido mi hijo”

Un padre granadino recorrerá 1.200 kilómetros para visibilizar el cáncer infantil: "Quiero evitar lo que ha sufrido mi hijo".

Mark, Yaiza y Pablo

Mark, Yaiza y PabloAntena 3 Noticias

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Los buenos padres hacen lo que sea por sus hijos, más aún si éstos han enfermado de gravedad. Y hay otro nivel, el de aquellos que a sabiendas de que sus hijos se han recuperado, siguen adelante en su cruzada para ayudar a otros que están sufriendo lo que ellos ya padecieron. Son casos de fuerte empatía que genera solidaridad y admiración.

Y de estos últimos es Pablo, un padre granadino que sabe lo que es estar en una situación límite. Su hijo Mark, cuando tenía solo 20 meses de edad, fue diagnosticado de cáncer infantil, más concretamente de leucemia promielocítica aguda, un tipo de cáncer que se da sobre todo entre adolescentes.

Desde ese momento, Pablo deja su trabajo y junto con Yaiza, su pareja, ponen nuevo rumbo centrado exclusivamente en Mark. "Se queda ingresado desde el mismo día que lo detectan, el primer oncólogo que lo recibe tenía la certeza de que el tratamiento de Mark no podía retrasarse, así que acostó a su hija y vino de noche para ayudarnos", recuerda Pablo agradecido.

El pequeño ha superado ya buena parte de la enfermedad, "pero aún está siendo controlado con analíticas porque la leucemia remite". Así que ahora quiere "devolver a la sociedad" lo que ésta le ha dado durante estos duros días.

"Nos dimos cuenta de que había muchas familias en la misma situación, esto se silencia porque no interesa invertir en investigación, pero tenemos el deber moral de hacerlo", afirma tajante. Y se pusieron manos a la obra. "Lo primero fue recaudar fondos en nuestro entorno laboral para que se investigue, luego visibilizarlo en redes sociales, hasta llegar a las asociaciones y dar aportaciones útiles, no solo económicas, como donar sofás, por ejemplo, para las habitaciones de los hospitales donde se quedan ingresados los niños", asegura Pablo.

Del viaje del cáncer al de la bici

Pablo es un enamorado de la bicicleta, su deporte favorito. Tiene 32 años y a esa edad las limitaciones físicas comienzan a revelarse. "Fue mía la idea de hacer, en siete días, el recorrido en bicicleta que va desde Granada a Santiago de Compostela, pero me gustaría acabar en el Cabo de Finisterre", asevera.

En total son 1.240 kilómetros, donde más que mochila lleva ilusión: "Llevamos recaudados 4.000 euros por ahora, el viaje no es más que una forma de visibilizar otro reto más importante, llegar a los 20.000 euros antes de que parta", recalca.

El día de salida está previsto que sea el 26 de mayo y le acompañará, como él dice, su "jinete", el primo de su tío que vigilará su salud y seguridad en todo trayecto. Hace pocas fechas, Pablo sufrió un accidente con su bici que por poco acaba en "tragedia".

Un viaje sin "salseo"

Pablo es claro y rotundo sobre el propósito al que se encomienda: nada de contar en redes respecto a su vida privada ni la de Mark. "Si lo hiciera, dejaría en segundo plano el cáncer infantil, y es ahí donde hay que poner el foco”, subraya. Por ello, tienen desde hace unas semanas una página web llamada 'Reto Solidario'. Ahí se encuentra toda la información sobre el proyecto y cómo aportar donaciones.

"Ya hay resultados en varios estudios esperanzadores, hay que seguir ese camino", concluye entusiasmado. Este padre coraje tiene muy claro cuál es su lema: "Los niños nacen para aprender a vivir, no para morir".

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