Especies protegidas

Así se realiza el anillado del buitre negro

El buitre negro, el ave de mayor envergadura de Europa, es una especie protegida. La mejor forma de controlar la población es en verano, cuando las crías están aún en el nido.

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En Rascafría, en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, los agentes forestales de la Comunidad de Madrid se preparan con arneses y trajes especiales de montaña. Tienen que subir más de quince metros de altura, hasta la copa de un pino que alberga un nido de buitre negro.

Allí hay localizada una cría. Lo saben porque pasan todo el año inspeccionando la zona, y porque en cada nido solo hay un huevo. Lanzan la cuerda, y rama a rama, consiguen llegar hasta donde está. El polluelo, extrañado y desconocedor, al principio intenta defenderse. Pero el agente forestal le tapa los ojos y con cuidado lo introduce en el saco. Desde allí, desciende gracias a una cuerda hasta el suelo, donde sus compañeros continuarán con el trabajo.

En esta zona de especial protección, el Alto Lozoya, los agentes forestales colaboran con la Sociedad Española de Ornitología en un proyecto de conservación del buitre negro. Es una especie protegida, que a nivel nacional se encuentra en situación vulnerable (3000 parejas), y en la Comunidad de Madrid, en peligro de extinción (230 parejas).

"Sirve para ver los desplazamientos, cómo se alimentan, dónde mueren, si vuelven a la colonia a criar"

José Francisco Pedreño, Agente Forestal de la Comunidad de Madrid

Uno de esos procesos para controlar y hacer seguimiento de la población es el anillado de las crías. Consiste en "identificar al polluelo de manera individual", explica José Francisco Pedreño, agente forestal de la Comunidad de Madrid. "Sirve para ver los desplazamientos, cómo se alimentan, dónde mueren... Incluso si hay filopatría, es decir, si vuelven aquí a la colonia a criar".

"En el tarso derecho les ponemos otra anilla metálica, que los registra en una base de datos. Así, en el caso de que aparezcan electrocutados o envenenados, es información que sirve luego por si hay que corregir tendidos, por ejemplo", concluye.

Una vez abajo, al polluelo se le realiza también un chequeo sanitario, para comprobar cómo es su estado de salud. "3,75 centímetros de ala. 141,7 centímetros de tarso". "Este pesa casi 6 kilos. Para la edad que tiene, unos cincuenta días, está bien alimentado". "Le miramos el pico por si tiene algún hongo...", son algunas de las anotaciones que, sobre el terreno, los agentes dejan por escrito.

"Los buitres han cambiado su patrón de búsqueda de alimento, van a comer al vertedero y eso hace que aparezcan plásticos en los nidos".

José Francisco Pedreño, Agente Forestal de la Comunidad de Madrid

"¿Hay plástico?", pregunta Pedreño al compañero que se encuentra todavía en lo alto del árbol. "No, no hay", le responde éste. "Los buitres han cambiado su patrón de búsqueda de alimento, van mucho a comer al vertedero y eso hace que estén apareciendo muchos plásticos en los nidos", lamenta Pedreño.

El proceso de anillado se realiza durante el mes de junio y principios de julio porque es cuando las crías "tienen el tarso ancho para poder colocarles la anilla, y están lo suficientemente grandes como para que se queden unos veinte, treinta minutos sin el adulto", explica Pedreño. Es importante que no se realice mucho más tarde, porque las crías podrían tirarse del nido al notar la presencia humana.

También es preciso que la tarea se lleve a cabo lo más rápido posible, para no alterar ni a la cría de buitre negro, ni a los adultos. "Cuando sienten que nos acercamos al nido, los adultos se van. Pero en cuanto dejemos a la cría, volverán a protegerlo, van a tardar muy poco en volver". En las próximas semanas, los polluelos ya estarán listos para volar.

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