Envejecimiento

Reprogramación epigenética, una simple inyección para rejuvenecer tu cuerpo diez años

El director y fundador de Age Reversal, José Hernández, explica un nuevo avance revolucionario que permitirá "vivir el doble desde el momento de la inyección"

Reprogramación epigenética, una simple inyección para rejuvenecer tu cuerpo diez años

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Durante mucho tiempo, la lucha contra el envejecimiento se centró en cremas y dietas. Sin embargo, la ciencia ha avanzado y hoy se conocen mecanismos moleculares que permiten modular este proceso. Un estudio del Instituto Max Planck de Biología del Envejecimiento ha demostrado que envejecer no es solo cuestión de tiempo, sino que está regulado por rutas moleculares específicas que pueden ser intervenidas, abriendo la puerta a tratamientos que podrían extender la vida.

Este avance se basa en la combinación de dos fármacos. Uno de ellos es la rapamicina, usada habitualmente en trasplantes, y el otro es el trametinib, empleado contra ciertos tipos de cáncer. La administración conjunta de estos medicamentos en ratones logró prolongar su esperanza de vida hasta un 30%, y además vivieron esos años en mejor estado de salud. Se observó una disminución de la inflamación crónica, aparición más tardía de tumores y mejoras en el funcionamiento del corazón y cerebro, todo sin efectos secundarios adversos que sí se dieron cuando los fármacos se usaron por separado.

Linda Partridge, investigadora y codirectora del estudio, explicó que uno de los descubrimientos más relevantes fue la reducción en la formación de tumores hepáticos en los ratones tratados. Además, destacó que la terapia tuvo un efecto positivo en la motivación a la actividad física a medida que los animales envejecían, aunque en hembras aumentó la grasa corporal y disminuyó la masa magra, sin afectar la alimentación habitual.

Estos resultados son revolucionarios porque antes la mayoría de fármacos antienvejecimiento atacaban solo una vía. Por ejemplo, la rapamicina inhibe la proteína mTOR, clave en el crecimiento y metabolismo celular, mientras que el trametinib actúa sobre otra vía implicada en proliferación y supervivencia celular. Probar ambos juntos demostró que manipulando varias rutas simultáneamente se logra un mayor impacto en la longevidad.

El director y fundador de Age Reversal, una clínica orientada a la longevidad, José Hernández destaca que ambos fármacos buscan intervenir en estos procesos para desacelerar la reproducción celular. "Cada vez que una célula se divide", corre el riesgo de "acumular cierto daño en el ADN", a futuro "puede producir enfermedades como el cáncer, el Alzheimer y las enfermedades cardiovasculares". Además, resalta que en poco más de una década se ha logrado "entender la biología del envejecimiento", los eventos moleculares que nos hacen envejecer, y aunque el tema es poco conocido ya se está investigando desde múltiples enfoques, con gran progreso en los últimos 10 a 15 años.

Actualmente, los científicos reconocen hasta doce mecanismos moleculares distintos sobre el envejecimiento, como los telómeros y el daño epigenético, así como el sensor de nutrientes en el cuerpo. Estos funcionan como relojes internos que controlan cuánto duran y cómo funcionan nuestras células.

Difícil acceso

La forma de combatir el envejecimiento ya no se basa únicamente en productos o suplementos, sino que se le concibe como un fenómeno biológico susceptible de tratamiento serio. Hernández insiste en que existen alternativas desde la nutrición, la actividad física y el sueño, y que cada vez más se ve el envejecimiento como una enfermedad que puede tratarse con nuevos abordajes científicos.

Sin embargo, el acceso a estos tratamientos es limitado: "El trametinib no se puede acceder a él ahora mismo porque es un fármaco bastante controlado y solo se administra en hospitales en pacientes con cáncer, además de ser muy costoso y sin un perfil de seguridad para uso general". En cambio, "la rapamicina sí es posible de adquirir, aunque siempre bajo supervisión y con sus propios riesgos".

En el futuro, si se confirman los estudios en humanos y se comprueba la seguridad, se podría llegar a crear una combinación adecuada de estos fármacos. Uno de los retos es que, al no estar el envejecimiento reconocido oficialmente como enfermedad, es más difícil aprobar medicamentos para tratarlo.

¿Qué es la reprogramación parcial epigenética?

Quizás el avance más revolucionario esté ocurriendo en el campo de la reprogramación parcial epigenética que, según cuenta Hernández, "va generando ahora mucho ruido". Este tratamiento consiste en editar ciertos genes, inspirado en la investigación de Shinya Yamanaka por la que recibió el Premio Nobel que demostró hace una década que, al activar cuatro genes específicos en una célula, era posible rejuvenecerla y devolverla a un estado equivalente al de una célula madre fetal. "Da igual la edad por la que haya empezado la célula, puede volver a cero", subraya.

La clave actual es hacer una reprogramación parcial, que permita retroceder diez, quince o veinte años en las células del organismo sin eliminar su identidad. "Esto es algo en lo que se ha tenido mucho éxito", afirma, quien predice un futuro en el que "un médico pone una inyección y esa inyección te rejuvenece diez años y cada diez años repites el proceso y de esta forma prácticamente habrás curado el envejecimiento para siempre".

Los experimentos en ratones han sido sorprendentes desde el rejuvenecimiento de órganos y la reversión de síntomas de Alzheimer, hasta duplicar la esperanza de vida en los animales investigados. Hernández reflexiona: "El envejecimiento es el principal factor de riesgo para cualquiera de las enfermedades importantes que desarrollamos en la vida".

No importará el tiempo

Remarca que, así como uno no se espera ver infartos o Alzheimer en personas de 20 años, es la edad la que marca el riesgo de cada dolencia. Por eso insiste en que hay tanto interés en este campo, ya que los beneficios no se centran solo en "vernos más jóvenes" sino en lograr que "realmente va a cambiar nuestra calidad y nuestra esperanza de vida".

Las investigaciones más recientes han demostrado que incluso en ratones mayores una inyección con estas técnicas logró que llegaran "a vivir el doble desde el momento de la inyección", lo que sería como "una persona de 85 años que recibiera esa inyección y viviera hasta los 120 años". Si logramos controlar la biología del envejecimiento, "no habrá un límite en el que digas no, ya es muy tarde, ya no se puede aplicar, porque cualquier célula del cuerpo podría activar este mecanismo y empezar a envejecer marcha atrás".

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