El pasado lunes falleció un vecino en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra. Con motivo de su defunción, los familiares, que viven fuera, se acercaron hasta Sevilla asistir al entierro. Cerraron con llave la casa y sellaron la puerta con soldadura para evitar un caso de okupación, pero no lo consiguieron. Ocuparon la casa apenas 48 horas después de que falleciera su propietario.

Fueron los vecinos y los miembros de una plataforma social quienes avisaron a la policía. Habían destrozado la puerta y se adentraron en el interior.

Gracias al aviso de los vecinos, la Policía Nacional pudo actuar antes de que se fijara la okupación. Por lo que pudieron proceder a su desalojo.

La familia del fallecido ya ha tapiado la puerta con material de obra, algo que aconsejan los vecinos, que aseguran que los okupas estaban al acecho de su muerte.

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