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SE CUMPLE UNA SEMANA DE LA TRAGEDIA AÉREA

Una vía terrestre facilitará los trabajos de búsqueda e identificación en los Alpes

Los gendarmes franceses han logrado abrir con la ayuda de las excavadoras un camino terrestre para poder llegar al área donde se estrelló el A320 de Germanwings. Esta nueva vía de acceso supondrá un avance en las labores de búsqueda e identificación de cadáveres.

La vía que conduce hasta la montaña donde el pasado martes se estrelló el A320 de Germanwings en los Alpes franceses ya no es únicamente aérea porque los investigadores han abierto un camino terrestre para poder llegar a los restos

Obligados por las malas condiciones climatológicas con las que amaneció el día, que dificultaban el vuelo de los helicópteros utilizados hasta ahora de forma exclusiva, los gendarmes franceses aceleraron el uso del camino que conduce hasta el macizo de los 'Trois Évêches'. 

Llevaban días trabajando con excavadoras y material pesado para allanar y ensanchar un sendero que conduce desde la aldea de Le Vernet hasta el lugar del siniestro. No esperaba tener listo el camino hasta dentro de unos días, pero el cielo amaneció cubierto, con lluvia y un fuerte viento en la cima, condiciones que dificultan el vuelo de los helicópteros. 

Por eso, optaron por estrenar la vía terrestre para llevar a los investigadores, que desde hace casi una semana se obstinan en buscar la caja negra que falta y también los restos de los 150 ocupantes del avión. La senda todavía no está terminada por completo, por lo que los vehículos todoterreno de la Gendarmería se paran a 45 minutos del lugar del accidente, trecho que hay que hacer a pie.

La identificación de las víctimas del Airbus A320 sigue un minucioso proceso de laboratorio que orbita en torno a un único centro: el Instituto de Investigación Criminal de la Gendarmería Nacional francesa (IRCGN)

Ese centro, con sede en el municipio de Pontoise, a las afueras de París, se dedica desde 1987 a realizar los exámenes científicos necesarios en las investigaciones judiciales y a apoyar con personal especializado el desarrollo de las pesquisas. Es allí donde se dirigen, en transporte especializado, terrestre o aéreo, los restos humanos tomados en el lugar del siniestro del pasado 24 de marzo, fecha en que un avión de la filial de bajo costo de Lufthansa chocó contra el macizo de los 'Trois Évêches' con 150 personas a bordo. 

El estado en que se encuentran los restos debido a la violencia del impacto, según explica el coronel François Daoust, impide una identificación "inmediata y fácil" y obliga a cotejarlos con la información facilitada por las familias de las víctimas. 

Datos médicos y dentales de los fallecidos, relativos por ejemplo a operaciones o cicatrices, se unen en ese archivo "ante mortem" a la descripción de particularidades como 'piercings' o tatuajes y a las muestras de ADN de padres o hijos, sus familiares de consanguinidad directa. 

Setenta y nueve personas trabajan sobre el terreno y en la sede del IRCGN en esa delicada recogida de restos y en su posterior análisis, que según informó esta semana ese centro, podría demorarse entre dos y cuatro meses y no garantiza la identificación completa de todas las víctimas. 

Como referencia más inmediata, está el accidente de un avión de Air Algerie en julio del año pasado en Mali, cuya investigación, también a cargo de etse instituto, determinó la identidad de 115 de las 116 personas que iban a bordo. 

A París en esta ocasión llega solo una muestra milimétrica del resto recogido, mientras que sobre el terreno, en sacos mortuorios provisionales, permanece en una morgue a menos 20 grados de temperatura el vestigio completo, para garantizar su adecuada conservación. 

Cubiertos con traje, mascarilla y gorro, en un ambiente aséptico, los equipos del IRCGN proceden a un primer "lavado" de los restos, antes de extraer el ADN de la célula, separarlo del resto de componentes moleculares, "amplificarlo" para facilitar su identificación, y revelarlo para establecer el perfil genético. 

La analítica de cada muestra ocupa ocho horas y el IRCGN dispone de capacidad para examinar, en su proceso final, 86 muestras a la vez. Demora el proceso la comparación, que requiere no solo de los restos del pasajero, sino de la información completa que facilite la familia de las víctimas, en su mayoría alemanas y españolas. 

Una decena de expertos integra la comisión de identificación que entregará los resultados al fiscal del caso, Brice Robin, quien decide el cierre de la investigación y se encarga igualmente de comunicarle las conclusiones a los allegados. 

A ella se suman en calidad de observadores dos especialistas alemanes, dos españoles y dos de la organización policial internacional Interpol, que oficializarán los informes en cuanto estos estén disponibles.

Las más de 400 muestras enviadas hasta la fecha a París han permitido aislar el ADN de 78 personas, pero todavía no ha comenzado la identificación de cada víctima en sí, ante la falta de toda la documentación necesaria por parte de los familiares, cuya recogida, según advierte Daoust, es "muy larga y difícil". 

"Es mejor trabajar al ritmo de la ciencia que apurarse y correr el riesgo de equivocarse", subraya el coronel, quien, consciente de la importancia de entregar los restos a cada familia para que esta pueda iniciar el duelo, advierte de que no se dará ninguna información hasta que no hayan acabado todos los análisis.


La familia de Lubitz no ha viajado a la zona, según Francia
La delegada del Gobierno francés en el departamento de Altos Alpes de Provenza, Patricia Willaert, desmintió hoy que los familiares del copiloto del A320 que se estrelló el pasado martes en la zona, Andreas Lubitz, hayan acudido al lugar de la tragedia. 

"La familia del copiloto no ha venido, no tenemos ninguna indicación en ese sentido", señaló Willaert en una rueda de prensa en Seyne-les-Alpes, donde se ha instalado el cuartel general de los servicios de rescate. 

La delegada desmintió así la información facilitada por el alcalde de la localidad vecina de Prads-Haute-Bléone, Bernard Bartolini, que aseguró el sábado que la familia había acudido a la estela instalada en Le Vernet y dijo haber visto en el padre a un hombre "completamente hundido", que "cargaba a sus espaldas todo el drama".

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