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TRAS EL CIERRE DE LOS COLEGIOS ELECTORALES

Tensa espera en Reino Unido tras un referéndum con participación histórica que sentenciará el futuro de Escocia

Sea cual sea el resultado de la consulta, Escocia abrirá este viernes una era de autogobierno sin precedentes. Será a primera hora de la mañana cuando se conozcan los resultados oficiales, tras una jornada de votación tranquila y que ha registrado una participación masiva.

Escocia ha celebrado este jueves el referéndum sobre su continuidad en Reino Unido, que ha abierto ya la vía para garantizar un proceso "sin precedentes" de traspaso de poderes para dar respuesta a las aspiraciones soberanistas y a la protección de la financiación. Será así independientemente del triunfo de la separación a la que aspiraba Yes Scotland (Sí Escocia), frente a la apuesta por la permanencia que defendía Better Together (Mejor Juntos).

Con las encuestas igualadas hasta la apertura de los colegios y la confirmación de la ligera ventaja del 'no' en un sondeo publicado esta misma jornada, que dejaba una horquilla del 53/47, los electores se volcaron con una convocatoria a la que, según las autoridades locales responsables del operativo, habría concurrido entre el 80 y el 90 por ciento.

Sea cual sea el resultado, Escocia abrirá una era de autogobierno sin precedentes

El futuro de la unión con Inglaterra que data de 1707 dependerá de su decisión, pero los votantes pudieron acudir a las urnas con la garantía tanto del Partido Nacional Escocés (SNP, en sus siglas en inglés), como del aparato político e institucional británico de que, a partir de este viernes, Edimburgo asumirá un volumen de competencias para aumentar el techo de autogobierno.

Frente a la propuesta de la separación total que propugna el SNP, los partidos de Reino Unido han prometido abrir las negociaciones, una vez conocido el resultado, para materializar una agenda de transferencia de poderes a la altura de las expectativas soberanistas. No en vano, el veredicto de las urnas dará paso a una ronda de contactos, bien para proceder a la constitución de un nuevo Estado, bien para estudiar las áreas susceptibles de devolución.

Las concesiones ofrecidas por el arco parlamentario de Westminster permitirían aumentar la capacidad de recaudación del IRPF y otros impuestos como la tasa sobre los pasajeros de avión, o la existente sobre ganancias de capital. Asimismo, Londres estaría dispuesto a traspasar la gestión de las prestaciones para vivienda, de la política de integración laboral y de las actuaciones en materia de Bienestar. Sin embargo, demandas como el control del petróleo continuaría en Londres, como pensiones, de Defensa o de Exteriores.

La independencia, si vence el 'Sí', no llegaría hasta marzo de 2016

Para dar validez a su propuesta, las comisiones negociadoras trazarían un Libro Blanco a presentar en noviembre, para ser debatido en profundidad y, ya a finales de enero, dar paso a la Legislación ante la Cámara de los Comunes. El objetivo es garantizar el compromiso de los tres partidos ya antes de las generales, previstas para 2015.

En este sentido, cualquiera de los dos resultados de la votación, que se conocerá entre las 6.00 y las 7.00 horas (una más en horario peninsular español), dará paso a un prolongado proceso de negociación, ya que ambos bandos se ofrecían este mismo miércoles colaboración mutua una vez superada esta cita histórica.

De triunfar el 'sí', la independencia no llegaría hasta el 26 de marzo de 2016, un cálculo basado en que la treintena de países que la han declarado desde 1945 necesitaron de apenas 15 meses para culminar la separación. Las primeras elecciones como país independiente tendrían lugar ya en mayo de 2016, si bien antes habría comenzado a tramitar su ingreso en organizaciones como la UE o la ONU.

Una profunda herida en los principales políticos británicos

La trascendencia de los dos escenarios posibles generó un estado de anticipación que se contagió a todo Reino Unido, donde tanto la independencia como el traspaso de competencias se dejarán notar profundamente, no sólo en el mapa político, económico e institucional, sino en la propia posición de los líderes. El primer ministro, David Cameron, ha quedado profundamente tocado en su propio partido debido al nivel de concesiones que ha ofrecido y el jefe de la oposición, Ed Miliband, se vio incapaz de unir en su oposición a la independencia a los laboristas escoceses, principales catalizadores del auge del 'sí' en las encuestas  por el debate.

El epicentro de esta espera, no obstante, se localizó en Escocia, que registró en un estado de agitación propio de un momento histórico. Las banderas ondearon en las ventanas, los partidarios de ambas opciones tomaron las calles y miles de voluntarios de los dos bandos se desplazaron a los colegios para garantizar la normalidad del proceso.

El Acuerdo de Edimburgo garantiza que se respetará el resultado, gane quien gane

Los incidentes han sido mínimos, a pesar de que Yes Scotland (Sí Escocia) ha sido acusado de prácticas intimidatorias. El líder de Better Together, Alistair Darling, fue recibido por vítores y protestas a partes iguales cuando depositó su voto en Edimburgo, pese a lo que se mostró "con mucha confianza". "Ha sido una larga campaña, las pasiones han aflorado en las dos partes y es comprensible, puesto que estamos hablando de la decisión individual más grande que cualquiera de nosotros tomaremos en nuestra vida", aseguró el ex ministro del Tesoro.

El ministro principal, Alex Salmond, reiteró desde su circunscripción de Aberdeenshire que ésta es la "oportunidad de una vida". Tras casi dos años de campaña, el dirigente nacionalista dijo que los dos bandos estaban al fin "en manos de la gente de Escocia y no hay un lugar más seguro en el que estar".

En cualquier caso, tanto Yes Scotland como Better Together se han comprometido a respetar el resultado y, de hecho, el Acuerdo de Edimburgo firmado por Cameron y Salmond el 15 de octubre para autorizar el referéndum incluye una disposición especial, la Cláusula 30, para garantizar que los dos contendientes lo aceptan y trabajan por los intereses de Escocia y del resto de Reino Unido.

En Londres, por su parte, los partidos británicos mantuvieron un perfil para garantizar que todo el protagonismo se quedaba en Escocia, a pesar de que la decisión se espera con inquietud debido a las consecuencias para el conjunto de la unión. Uno de los efectos más inmediatos que preocupa del veredicto es sobre la apertura de los mercados, especialmente si gana el 'sí', por lo que el ministro del Tesoro, George Osborne, prefirió cancelar su participación en la reunión de los ministros del G-20 en Australia, mientras que el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, decidió regresar antes para supervisar en casa el desarrollo de los acontecimientos.

Lento proceso de recuento

Tras quedar cerrados los colegios a las 22.00 horas (una más en horario peninsular español), no se conocerá ningún dato por un espacio mínimo de tres horas, a partir de las que el goteo de resultados comenzará a medida que uno de los dos llegue al 50 por ciento. Desde las 32 circunscripciones regionales se informará primero a la unidad central de operaciones, el Royal Highland Centre, en Ingliston, cerca de Edimburgo, donde se encargarán de verificar el escrutinio y autorizar su publicación.

Los resultados más esperados, los de las grandes ciudades, como la capital o Glasgow, no se sabrán hasta en torno a las 5.00 horas del viernes, para cuando el veredicto final comenzará a tomar forma. La opción de la independencia se juega mucho en Glasgow, mientras que el 'no' deberá recabar un buen saldo en los tradicionales bastiones laboristas, puesto que fue el acercamiento de estos votantes a la propuesta del Partido Nacional Escocés (SNP) quienes impulsaron al 'sí' en las encuestas.

Una vez completado el recuento en los 32 distritos, la funcionaria jefe del recuento, Mary Pitcaithly, será la encargada de dar a conocer la decisión definitiva de las urnas, que significará la victoria para uno de los bandos.

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