El pequeño Wiley (a la derecha) junto a sus padres y su hermano Oliver.

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EEUU | PORTLAND

Un padre adicto al trabajo pierde a su hijo de 8 años y publica esta conmovedora reflexión

J.R Storment montó su empresa hace ocho años cuando nacieron sus gemelos. Desde entonces su dedicación al trabajo ha sido muy intensa. Un día cualquiera se encontraba en una reunión en su sede de Portland (EEUU) cuando recibió una llamada que le cambiaría la vida.Su hijo Wiley, de 8 años, había muerto mientras dormía.

La muerte de su hijo le provocó un gran golpe y le hizo pensar en la prioridad que le damos al trabajo mientras tenemos una familia. El empresario J.R Storment ha publicado una reflexión compartido a través de su perfil de Linkedin titulado: "Es más tarde de lo que piensas".

Relata que minutos antes de recibir la llamada de su mujer estaba recordando con sus compañeros que en los últimos 8 años no se había cogido nunca una semana seguida de vacaciones. Tras recibir la fatídica noticia se fue a casa lo más rápido que pudo. Allí tuvo que espera casi tres horas para entrar en el dormitorio de su hijo, ya que la policía y los efectivos sanitarios estudiaban la escena al tratarse de la muerte repentina de un niño.

Cuando él y su mujer pudieron acceder a la habitación cuenta que estuvieron media hora acariciándole el pelo al pequeño. Su hijo padecía una epilepsia denominada benigna, ya que normalmente desaparece en la adolescencia, y que en tan solo 1 de cada 4.500 casos produce la muerte.

Recuerda que la noche anterior había discutido con el pequeño y este había llegado a llorar, aunque se reconciliaron antes de que se fuera a dormir. A la mañana siguiente salió de casa sin despedirse de sus hijos. Fue horas después cuando su mujer acudió a despertar al pequeño y descubrió que había fallecido.

La muerte de su hijo le ha hecho cambiar su forma de ver la vida. "Muchos han preguntado qué pueden hacer para ayudar. Abraza a tus hijos, no trabajes hasta tarde. Si hay alguna lección que sacar de esto es recordarles a los demás, y a mí mismo, que no se pierdan las cosas que importan". Cuenta que todavía no ha vuelto a trabajar porque teme dejarse arrastrar por el trabajo en estos duros momentos.

Reconoce que el único lado positivo de esta pérdida ha sido que la relación con su otro hijo, Oliver ha mejorado mucho. Le dedica más tiempo y conectan de un modo mucho más cercano.

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