Honduras
Un náufrago dominiqués sobrevive 24 días con un bote kétchup, polvo de ajo y sobres de caldo
El dominiqués Elvis Francois sobrevivió tras recorrer1.155 kilómetros a la deriva, desorientado y sin saber dónde estaba.
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El dominiqués Elvis Francois asegura que sobrevivió 24 días a la deriva en el mar alimentándose con un bote de kétchup, polvo de ajo y unos cuantos sobres de caldo.
La odisea comenzó cuando Elvis arreglaba el motor y la vela en el muelle, en la isla San Martín de las Antillas Holandesas. De repente, el velero fue arrastrado por un fuerte oleaje mar adentro.
Trató de volver a puerto pero tenía que montar la vela y perdió el control. "Llamé a mis amigos, ellos intentaron contactarme, pero perdí la señal. No había nada más que hacer sino sentarme y esperar, pero no tenía comida", asegura. Por suerte encontró un bote de kétchup, unos sobres de caldo y polvo de ajo con los que se alimentó.
Mientras iba a la deriva tuvo que sacar constantemente agua del velero para evitar que se hundiera. Intentó encender fuego con la intención de enviar una señal de ayuda, pero no lo consiguió. Desesperado rayó el casco del velero con la palabra HELP y se sentó a esperar.
Después de 24 horas en mar abierto, desorientado y sin saber dónde estaba, vio pasar un avión. Hizo señales con un espejo y se animó al ver que el avión volvía a pasar de nuevo. "En algún momento perdí la esperanza y pensaba en mi familia. Les agradezco a los guardacostas que me rescataran, si no fuera por ellos no estaría contando mi peripecia", cuenta.
El velero fue localizado desde el aire por un avión panameño, según el comandante de Guardacostas, cuando estaba a 120 millas náuticas al noroeste de La Guajira, en el extremo norte de Colombia, y luego auxiliado por mar con ayuda de un buque mercante que desvió su ruta ante el aviso de la Armada colombiana.
Elvis fue encontrado en buen estado de salud. Perdió bastante peso. Recuerda que para sobrevivir recogió agua de lluvia con una tela que había en el velero.
Recorrió 1.155 kilómetros a la deriva. Tres veces la distancia entre Medellín y Bogotá. Pero está vivo para contar su aventura.
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