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DESDE EL 2014 ESTA ACTIVIDAD ESTÁ PROHIBIDA
Japón espera reactivar la caza de ballenas a finales de este año
Los japoneses esperan dejar abierta en La Antártida la caza de ballenas para finales de este 2015, alegando que la actividad no resulta letal para la especie y que el consumo de su carne forma parte de su cultura, mientras que defensores de los animales muestran una fuerte oposición a la pesca del mamífero.
Japón ha asegurado que espera reanudar la caza de ballenas en la Antártida a finales de este año, después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictaminase en 2014 que debía parar con esta actividad.
La decisión de la CIJ obligó al país nipón a cancelar la mayor parte de las capturas de ballenas de 2014 y 2015. Por su parte, Tokio alegó que la mayoría de estas especies no están en peligro y que comer su carne forma parte de la cultura japonesa.
Este lunes, un grupo de expertos de la Comisión Ballenera Internacional (IWC, por sus siglas en inglés), el organismo global que supervisa a estos cetáceos marinos, ha reafirmado su oposición a un nuevo plan de capturas propuesto por Japón, según el cual solicitaba el permiso para cazar 333 de estos ejemplares en la Antártida.
El comisionado de Japón en la IWC, Joji Morishita, ha argumentado que su país debe presentar material adicional antes de la reunión de mayo, donde se elaborará un informe final, y se ha mostrado esperanzado de que Tokio logre convencer a los expertos con estos nuevos datos.
Morishita ha reivindicado que la determinación de su país de retomar la caza de ballenas sigue "inalterada". "Creo que avanzaremos en nuestro objetivo de reanudar la caza de ballenas cerca del fin de año", ha detallado en una conferencia de prensa.
Por su parte, los expertos han apuntado que la información facilitada por Japón en su última propuesta "no demuestra la necesidad de una recogida de muestras letal para lograr estos objetivos", en referencia a los principales objetivos del plan.
Japón comenzó lo que denomina como caza científica de ballenas en 1987, un año después de entrar en vigor una moratoria internacional en la captura de estos animales, a pesar de la creciente oposición global. En la actualidad sigue adelante con otro programa en el norte del Océano Pacífico, que no se vio afectado por lo dictaminado por la corte.
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