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La gaita de Carlos Núñez embruja a EEUU por San Patricio

Nueva York ha vuelto a honrar a San Patricio, patrón de Irlanda y de la comunidad irlandesa, con un desfile que se celebra desde hace más de 250 años. Es incluso más antiguo que el del día de la Independencia. Este año, por primera vez, se ha permitido desfilar a un grupo gay, pero sólo a uno. También es la fiesta de la inmigración y no han faltado los españoles.

La gaita del español Carlos Núñez, apodado como el "irlandés de España", embrujó a Estados Unidos en el día de San Patricio con la "pasión española" de un espectáculo céltico universal, destinado a unir a todo tipo de audiencias.

"Tenemos la llave para unir en un mismo escenario a personas muy diferentes, alrededor de un mismo ritmo y con un mismo latido", destacó Núñez unas horas antes de subirse al escenario del teatro Strathmore, en el estado de Maryland, a las afueras de Washington.

Definido como "el Jimi Hendrix de la gaita", Núñez llegó a Estados Unidos con la intención de llenar las 2.000 butacas del teatro y liderar un emocionante espectáculo, al que se unieron The Sean Culkin Dancers, The Washington Revels y The Ocean Quartet, entre otros.

"La fecha del día de San Patricio tiene un significado muy fuerte y muy especial para el mundo celta", destacó el artista, que recordó muchos otros días de San Patricio con sus "maestros" de la legendaria banda irlandesa de los Chieftains, en Nueva York.

Precisamente en esta ciudad se celebra un desfile más antiguo que el del día de la Independencia. Este año, por primera vez, se ha permitido desfilar a un grupo gay, pero sólo a uno. También es la fiesta de la inmigración.

Tras la polémica del pasado año, cuando el alcalde, Bill de Blasio, decidió boicotear la cita por su tradicional discriminación del colectivo homosexual, los organizadores cedieron finalmente a la presión.

Así, este año autorizaron a un grupo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT), una agrupación de trabajadores de la cadena de televisión que retransmite el evento, a marchar con sus propios distintivos.

Esa apertura, sin embargo, no ha contentado a los críticos, que siguen considerando inaceptable que sólo haya un grupo homosexual en un desfile en el que participan cientos de agrupaciones.

Entre los descontentos se cuenta De Blasio, que por segundo año consecutivo decidió no participar en la celebración. "Mucha gente cree, y creo que con razón, que el cambio es demasiado pequeño para merecer la participación de aquellos que hemos querido ver un desfile inclusivo", dijo el alcalde este mes cuando anunció su decisión.

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