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Coronavirus

Así funciona el método 50-30 ideado por la Universidad de Cambridge que reduciría las muertes por coronavirus

Científicos de la Universidad de Cambridge han desarrollado este método que consistiría en periodos de seis semanas de estricto confinamiento para reducir las muertes por coronavirus.

En resumen
  • El estudio contempla tres escenarios en los que las consecuencias del coronavirus serían diferentes
  • La investigación se ha configurado en 16 países diferentes de todo el mundo

Los confinamientos regulares de seis semanas podrían ser la forma de acabar con el coronavirus, según los científicos de la Universidad de Cambridge. Los investigadores han sugerido que alternar entre 50 días encierro estricto y 30 días de relajación con distanciamiento social podría ser el camino más seguro para derrotar al covid.

Bajo tal escenario, la epidemia podría durar un año y medio, señalan los investigadores, pero la cantidad de personas que mueren podría reducirse drásticamente. Por otro lado, el estudio indica que si gobiernos no hicieran nada y dejaran que el virus se desenfrenara, la crisis podría terminar en seis meses, pero millones de personas morirían.

Este método "permitiría que las poblaciones y sus economías naturales respiren a intervalos, un potencial que podría hacer que esta solución sea más sostenible", según recoge el diario británico Daily Mail.

El doctor Rajiv Chowdhury, epidemiólogo de Cambridge, ha dirigido la investigación que se ha configurado en 16 países diferentes de todo el mundo. Se trata de Australia, Bélgica, Chile, los Países Bajos, Sri Lanka, Sudáfrica, México, Colombia, Bangladesh, India, Pakistán, Nigeria, Uganda, Tanzania, Afganistán y Burkina Faso.

El estudio se ha realizado a través de tres posibles escenarios para controlar la pandemia de coronavirus y se ha analizado cómo afectaría la duración del brote y la cantidad de muertes que produciría. En general, un confinamiento estricto alargaría el brote pero reduciría las muertes, mientras que las reglas poco estrictas se acabarían rápidamente pero podrían matar a millones de personas.

El profesor Oscar Franco, de la Universidad de Berna en Suiza, ha asegurado que no hay "una respuesta a la pregunta de qué estrategia elegir". "Los países tendrán que sopesar el dilema de prevenir muertes relacionadas con COVID-19 y fallas del sistema de salud pública con colapso económico y dificultades a largo plazo", señala.

En el escenario de "no hacer nada", la pandemia tardaría en extinguirse unos 200 días (6 meses y medio) pero ello conllevaría la muerte de unas 7,8 millones de personas en 16 países. Según los investigadores, el número de muertos sería tan elevado porque las personas que necesitarían cuidados intensivos "superaría rápidamente la capacidad disponible para cada país".

En el segundo escenario, los países podrían establecer un ciclo de 50 días de confinamiento, que conllevaría distanciamiento social, cierre de escuelas, restricción de grandes eventos públicos y aislamiento de personas infectadas. Después llegaría el periodo de 30 días de relajación, en el que se alentaría a las personas a mantenerse separadas unas de otras, pero las escuelas podrían reabrir y los eventos seguirán adelante.

En este escenario, la tasa de reproducción del virus se mantendría aproximadamente en un 0,8, lo que significa que cada 10 personas infectarían a ocho más, por lo que el brote se reduciría, pero el número de casos tardaría más en llegar a cero. De esta forma, la pandemia duraría entre 12 y 18 meses y habría alrededor de 3,5 millones de muertes en los 16 países.

En el tercer y más estricto escenario, la regla podría ser un ciclo 50/30 similar, pero esta vez con un bloqueo estricto durante 50 días antes de 30 días de reglas relajadas. Durante ese tiempo de "represión", indica el estudio, las condiciones serían similares a las que existen actualmente en Reino Unido, con estricto distanciamiento social y negocios no esenciales cerrados.

Esto supondría una tasa del contagio del 0,5 pero una epidemia más larga. El coronavirus tardaría más de 18 meses en desaparecer y las muertes en los 16 países podrían mantenerse en alrededor de 130.000.

Una de las razones por las cuales las reglas más estrictas haría que se tardase más tiempo en frenar el coronavirus es que una de las mejores defensas contra esta enfermedad es la inmunidad colectiva.

Al mantener a las personas encerradas y protegerlas del virus, el proceso para lograr la inmunidad de rebaño se ralentiza porque hay menos personas expuestas. Sin embargo, tiene el beneficio de permitir que los hospitales atiendan a todos los que lo necesitan sin sobrecargarse, evitando muertes que podrían ser causadas por la falta de ayuda médica.