Susana Díaz seguirá aspirando este martes a presidir la Junta porque la oposición en bloque votará no a su investidura. El jueves, en segunda ronda, al PSOE le bastará con la abstención de al menos dos grupos para formar gobierno.
Este lunes Díaz incorporó a su discurso ideas de Ciudadanos y de Podemos para atraer sus apoyos. De entrada, lucha sin cuartel de todos contra la corrupción: "Un acuerdo que dé tranquilidad, que dé también confianza a los ciudadanos, que casos como los ERE o la formación, por referirme a los casos andaluces, no volverán a repetirse".
Además, aseguró una rebaja fiscal, como pide Ciudadanos, y a la vez más gasto público, como reclama Podemos.
En su catálogo, diputados con dedicación exclusiva o fiscalización de las cuentas de los partidos; incluso ajustes en la Administración: "Me comprometo a reducir en un 10% el número de altos cargos, contratados de alta dirección y personal eventual existente en la Junta". Sin olvidar incentivos a los bancos para que no desahucien o un modelo de segunda vuelta electoral y listas abiertas.
Un rosario de promesas que no cautivó a la oposición. Sólo Ciudadanos se muestra algo receptivo y así Marín aseguró que "ha habido varios guiños a todas esas propuestas como el pacto anticorrupción que pusimos encima de la mesa".
Desde Podemos, directamente dan un portazo a Díaz: "Vamos a votar no en la primera y en la segunda votación en Andalucía", explicaban. Saben que, con su decisión, se retratan ante sus potenciales votantes a nivel nacional.
En sus posiciones, el PP dijo que "previsiblemente votaremos en contra porque no creemos en la receta de la señora Díaz, porque no creemos en sus propuestas y porque no ha generado confianza". El plazo para la investidura concluye el 4 de julio. Pasada esta fecha, habría que repetir las elecciones.