Fútbol

Roberto Corral, primer español en fichar por un club ucraniano desde el estallido de la guerra

Roberto Corral es el único español que juega en Ucrania a pesar de la guerra. El vallisoletano nos cuenta cómo está viviendo la situación en el Metalist Járkov.

Publicidad

Estallidos de bombas, misiles, alarmas de seguridad y gritos de pavor. Eso es lo que escucha Roberto Corral cuando juega al fútbol en lugar de los cánticos de ánimo de su afición. Juega en el Metalist Járkov de la liga ucraniana, al mismo tiempo que continúa el conflicto entre el país y Rusia.

Hace varios meses le llegó la oportunidad de fichar por el club y, al margen de la situación, no dudó en aceptar la propuesta y emprender esta nueva aventura. Eso sí, no fue una decisión fácil de tomar: "Tuve mucho miedo", confiesa. Pero eso no iba a impedir que Roberto disfrutara de lo que más le gusta, el fútbol: "No dejé que el miedo me controlara".

En peligro aun estando lejos

Los que sí que estaban, y lo siguen estando, algo más preocupados son sus familiares. No es fácil vivir lejos de tus más allegados y menos si resides en un país en guerra. Él vive a 1.300 kilómetros de la sede del club, porque la ciudad en la que está la entidad es uno de los principales blancos del ejército de Putin.

Ante una situación excepcional, las normativas también lo son. Están totalmente prohibidas las acumulaciones de gente porque "está ahí la posibilidad de que cualquier misil o bomba caiga y... adiós". Es por eso por la que los partidos de su equipo se celebran sin público y, además, lo hacen como locales en Uzhgorod, otra ciudad diferente.

"Vamos a los vestuarios, nos trasladan al búnker y esperamos a que pare de sonar la sirena"

Roberto Corral

Pero la diferencia aparece cuando surge la posibilidad de que suene la alarma de emergencia en vez de el silbato del árbitro. Ese sonido es el que indica que hay una amenaza de ataque ruso. Si se da la situación los futbolistas tienen muy claro el protocolo de actuación: "Vamos a los vestuarios, nos trasladan al búnker y esperamos a que pare de sonar la sirena".

Tan crítica es la situación que el del estadio no es el único búnker al que tiene acceso Roberto, sino que tiene otro en su propia casa: "La planta cero de mi edificio es el búnker". Toda protección es poca para cualquier persona que resida ahora mismo en cualquier localización próxima al conflicto.

Con la compañía de un viejo conocido

Un día a día muy complicado de sobrellevar, estrés, caos, mucho ruido,...Hacerlo en completa soledad rozaría lo imposible, pero por suerte Roberto no está solo. Su entrenador es un conocido del fútbol español, Perica Ognjenovic, exfutbolista del Real Madrid entre otros equipos.

Como consecuencia de su paso por la capital, Perica habla español. Gracias a eso puede comunicarse a la perfección con su jugador y hacerse compañía el uno al otro. Un apoyo que en circunstancias normales es importante, pero que en la situación en la que están es vital. Por suerte, tanto Roberto como Ognjenovic siguen disfrutando del fútbol, y lo más importante, están bien.

Publicidad