Una sobresaliente actuación del delantero Odsonne Edouard, autor de tres tantos, permitió a Francia lograr su segundo título de campeón de Europa sub-17, tras imponerse hoy por 4-1 a Alemania en la final del Europeo disputado en Bulgaria.
Once años después de que los Benzema, Nasri, Menez o Ben Harfa condujeran a Francia, tras vencer por 2-1 a España en la final, a su primera corona continental, los "bleus" conquistaron hoy en Burgas (Bulgaria) su segundo título europeo, con un estilo mucho más físico.
Una superioridad física que ejemplificaron como pocos los atacantes Nanitamo Ikone y Jeff Reine Adélaïde, que a base de potencia convirtieron cada una de sus incursiones por bandas en una ocasión de peligro para el conjunto galo.
De hecho, Ikone, con un potente remate a los 14 minutos, y Reine Adélaïde, en un mano a mano con el cancerbero alemán Constantin Frommann a los 25, pudieron abrir el marcador para el equipo francés, en dos jugadas en los que a los atacantes galos les faltó sutileza.
Una falta de acierto que a punto estuvo de pagar el conjunto francés, que concedió en los minutos siguientes dos claras ocasiones a una Alemania, que logró sacudirse el claro dominio francés gracias al buen hacer del delantero Johannes Eggestein.
Reacción con la que se encargó de acabar el delantero del París Saint Germain Odsonne Edouard, que estableció en el último minuto de la primera mitad el 1-0 para los franceses, tras culminar una buena jugada por la banda derecha entre Ikone y el lateral Alec Georgen.
Primer tanto de un Edouard, que se convirtió en el gran protagonista de la final, al firmar en el segundo periodo otros dos nuevos tantos (m.47 y 70) para el conjunto francés, que confirmaron la condición del delantero galo como el máximo artillero del torneo con ocho dianas.
Especialmente destacable fue el tercer tanto del jugador del París Saint Germain, en el que Odsonne Edouard demostró, además de potencia, la calidad necesaria para superar con delicadeza la salida a la desesperada del cancerbero germano.
Un gol (3-1) que encarriló definitivamente la victoria de un equipo francés, que ni tan siquiera con el tanto de Eggestein, que recortó distancia (2-1) para a Alemania a los 50 minutos, dejó de mostrarse netamente superior sobre el terreno de juego.
Superioridad que los galos, entre los que figuró el portero madridista Luca Zidane, hijo del legendario Zinedine, plasmaron en el marcador con un cuarto y definitivo gol (4-1), obra Gökhan Gül en propia meta, ya en el tiempo de prolongación.