Tour de Francia 2023

La salida del Tour de Francia, un escaparate al mundo

El sábado 1 de julio se hará realidad el sueño perseguido durante años por las instituciones vascas, la salida del Tour de Francia. Tres etapas en las que se han invertido 12M de euros pero que tendrá un retorno de 100M, además de otros intangibles.

Warren Barguil en la presentación del Tour de Francia 2023

Warren Barguil en la presentación del Tour de Francia 2023EFE

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El Guggenheim, el gran icono del nuevo Bilbao, fue el jueves 29 el escenario para presentar el Tour de Francia 2023. La capital vizcaína es el punto de partida, el Grand Depart, de esta edición de la legendaria carrera ciclista. Serán tres días por las carreteras vascas del acontecimiento deportivo televisado más seguido cada año en todo el mundo. Solo le superan en audiencia dos eventos que se celebran cada cuatro años, los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol.

Con la salida de Bilbao se culminan más de 30 años de trabajo de las instituciones vascas por lograr sacar adelante un evento con una proyección internacional de muy difícil comparación.

Desde que en 1992 el Tour arrancara en S. Sebastián, las instituciones vascas han solicitado cada año la salida de una nueva edición, sabiendo que la organización de la carrera elige cuidadosamente la llamada Grand Depart, desde lugares muy escogidos. En 2016 el Ayuntamiento de Bilbao invitó al director general del Tour de Francia, Christian Prudhomme, a disfrutar de una etapa de la Vuelta a España que pasó por la villa, en ese momento las negociaciones ya empezaron a intensificarse para que el sueño se hiciera realidad el sábado 1 de julio.

El Tour es un gigante con unas cifras que marean. Más allá de los 176 ciclistas, de los 22 equipos participantes, que son el gran atractivo, la Grande Boucle moviliza a 900 auxiliares de esos equipos, 1.800 periodistas, 400 miembros de la organización, 180 camiones o 150 vehículos de la caravana publicitaria, que con sus 500 animadores ocupan 10km de carretera y tardan 2 horas en pasar calentando el ambiente previo a la llegada de los ciclistas. Se espera que en las tres jornadas que la carrera va a discurrir por el País Vasco, se echen a la cuneta un millón y medio de aficionados. La señal de televisión será recibida en más de 200 países.

Impacto económico

Conseguir el Grand Depart del Tour ha supuesto una inversión a las instituciones vascas de más 12 millones de euros. Más de dos terceras partes de la inversión ha corrido a cargo del Gobierno Vasco, Ayuntamiento de Bilbao y Diputación de Vizcaya. El resto ha correspondido a las diputaciones de Guipúzcoa y Álava y a los ayuntamientos de San Sebastián y Vitoria. El Tour, además de la salida en Bilbao, recalará en las otras capitales vascas y la carrera transitará por casi la mitad de los municipios vascos.

La inversión, sin embargo, tendrá un retorno más que evidente. Se estima que sea de más de 100 millones de euros. Según las últimas experiencias de los últimos años en Yorkshire, Bruselas, Dusseldorf o Copenhague apuntan a un retorno de entre 6 y 9 euros por euro invertido. De entrada sectores como el hotelero, o la hostelería local tienen una buena oportunidad de negocio inmediato. La ocupación hotelera de Bilbao ha alcanzado el 90% y conseguir una mesa en un restaurante resulta más complicado que subir uno de los puertos de la carrera. A largo plazo, el sector turístico confía que tanto Bilbao, en particular, como el País Vasco en general, se consoliden como un destino acogedor de eventos deportivos, congresos y conciertos de todo tipo de carácter internacional.

Pero algunos, sin embargo, tendrán que sacrificarse estos días, para recoger los frutos en el futuro. Son varios los negocios que estos días tendrán limitada su actividad por la complejidad logística que acarrea una prueba de estas dimensiones. Numerosas calles de las capitales y varios centenares de kilómetros de carretera serán cerrados durante horas para que el Tour pueda funcionar. Se ha llegado a dar el caso de bodas que han tenido que aplazar su fecha porque era imposible la llegada de los invitados a la boda por los numerosos cortes de tráfico. Incomodidades de un gigante.

Intangibles

Más allá del reporte económico del Tour, la ronda gala es un escaparate al mundo y eso es algo que no se escapa a quienes llevan años luchando por conseguir la salida, el Grand Depart. En el País Vasco se cuenta con un punto de partida diferencial y que se instala en el tuétano de su sociedad. El director del Tour, Christian Prudhomme, ha manifestado estos días que la afición vasca es, por delante de otras como la flamenca, la italiana o la francesa, la mejor del mundo. No es un halago gratuito. Es una opinión compartida por los ciclistas profesionales que se sienten arropados y respetados, no solo cuando corren por estas carreteras sino cuando muchos de estos aficionados acuden a otras pruebas de toda Europa como peregrinos de un deporte que no exige ticket de entrada para disfrutar de él.

Conocida como un fenómeno mundial fue la "marea naranja" del Tour que inundó las carreteras de los Pirineos y los Alpes a principios de los 2.000. Eran los seguidores del equipo Euskaltel-Euskadi, un equipo de ciclistas vascos, creado a imagen de conjuntos como el Athletic o la Real Sociedad. Aquellos aficionados con sus camisetas naranja eran los embajadores de un país, el País Vasco, con una vinculación legendaria con este deporte.

Con este respaldo sociológico, las autoridades vascas no dudaron en buscar el eco debido para trasladar a través del Tour su imagen de país. No se trata solo de colgar ikurriñas en farolas y fachadas.

El enorme espectáculo televisivo de la presentación de los equipos, fue realizado el pasado jueves por la televisión pública vasca, EITB para todo el mundo, con un esfuerzo tecnológico y humano sin precedentes en el ente autonómico. Un esfuerzo con el que se intenta demostrar la capacidad de trabajo y organización.

Bilbao, Urdaibai, la Llanada... se podrá ver por todo el mundo

Cuando la carrera esté en marcha, las imágenes del nuevo Bilbao, San juan de Gaztelugatxe, Urdaibai, la costa guipuzcoana, San Sebastián o la Llanada alavesa se podrán ver en todo el mundo a través de las cuidadas imágenes de la televisión francesa, una de las señas de identidad del Tour, que no vende solo el espectáculo deportivo sino las maravillas de los lugares por donde transcurre la carrera. Del 1 de julio al tres de julio el mundo disfrutará durante más de 12 horas de los paisajes de ese lugar de Europa conocido como País Vasco.

Con la salida del Tour el día 1 de Julio desde la explanada de San Mamés se culmina el trabajo y el objetivo perseguido durante varias décadas. A partir de ese momento, el protagonismo recaerá en los Vingegaard, Pogacar, Van Aert, Van der Poel, Más o Landa, los ciclistas que rodarán, como diría algún locutor de época, por un marco incomparables, el de un País Vasco reconocible en todo el mundo y que comenzará a recoger los frutos económicos y de imagen que aporta un acontecimiento único como el Tour.

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