Lucha de dedos
Así es el Fingerhakeln, la lucha con un dedo que arrastra tradición y pasión en Alemania
Los competidores se enfrentan en un deporte donde la fuerza de un solo dedo decide el vencedor. Una lucha que mezcla técnica, riesgo y folclore en un pequeño pueblo de Baviera.

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Cada año, en el corazón de Baviera (Alemania), se celebra una de las competiciones más inusuales y arraigadas de la región alpina: el campeonato de Fingerhakeln, también conocido como lucha con los dedos. Este peculiar evento, que en su última edición ha reunido a 180 participantes, tiene raíces que se remontan al siglo XIX, cuando "se usaba para resolver disputas". "Cuando se trataba de mujeres, era mejor tirar a alguien por encima de la mesa en lugar de empezar una pelea de verdad", comenta Georg Hailer, presidente del club de lucha con los dedos Fingerhakler Schlierachgau. Y dos siglos más tarde, continúa siendo una muestra de tradición y comunidad.
Aunque a simple vista puede parecer un juego, el Fingerhakeln es un deporte serio que requiere fuerza, técnica y resistencia. Dos competidores se sientan frente a frente en una mesa de madera, enganchan el dedo corazón a un lazo de cuero y, con toda su energía y fuerza, intentan levantar al rival y arrastrarlo hacia su lado.
El secreto del éxito no solo radica en la fuerza, sino en la estrategia. "Es importante saber: '¿Cómo me siento en la mesa?' '¿Cómo transfiero mi potencia al dedo lo más rápido posible?'", explica Maximilian Woelfl, competidor de Laufach. La postura, la concentración y la rapidez para reaccionar son factores determinantes.
Pero si hay algo imprescindible, es el estado del dedo. "Necesitas un dedo bien entrenado", aseguran los competidores, quienes dedican semanas, e incluso meses, a preparar esta pequeña pero vital parte del cuerpo. Muchos de ellos realizan ejercicios específicos, como levantar pesas con un solo dedo, o tirar de cables, para aumentar la resistencia y la fuerza.
Dislocaciones, cortes y quemaduras, las principales lesiones del Fingerhakeln
No es una tarea fácil ni exenta de peligros. Los riesgos, son reales. Las lesiones más comunes incluyen dislocaciones, cortes y quemaduras por fricción. A pesar de ello, el entusiasmo no disminuye. "De vez en cuando hay heridas abiertas y pequeñas lesiones en los dedos. Como máximo después de diez días todas las heridas se curan y puedes volver a entrenar", afirma Georg Hailer, reflejando la pasión que despierta esta competencia entre jóvenes y mayores.
Más allá de lo físico, el Fingerhakeln se ha convertido en una celebración del folclore bávaro, acompañada de cerveza local, música tradicional y un ambiente festivo que atrae tanto a turistas como a lugareños.
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