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VIVENCIAS DE UN BECARIO EN ANTENA 3 NOTICIAS

Semana dos: el ‘Boom’ de los comienzos

He echado de menos la investidura, quién me lo diría hace siete días. En esta cuarta semana he tenido menos carga de trabajo. No ha habido salidas ni grandes acontecimientos que contar. Pero estos siete días me han servido para aprender el impacto positivo que tuvo dentro de la redacción el primer texto de este diario.

La semana ha sido larga. Tanto que no sé ni por dónde empezar. Comenzaré contando lo que fue mi fin de semana. Dos días llenos de halagos, que no me cansaré de agradecer por el primer artículo de este diario. Pero si algo tiene claro un servidor, es que el halago debilita y la crítica, siempre que sea constructiva, ayuda a mejorar. Por eso, soy de dejar pasar lo primero y valorar lo segundo.

Pasaba el fin de semana y tocaba volver a una redacción, que se ha convertido en mi segunda casa. Entraba por la puerta con la agradable sensación de que todo el mundo sabía lo que había hecho. Muchos me pararon para darme la enhorabuena por ese primer texto.

Entonces fue cuando empezó a dominarme una sensación en la que se entremezclaban el gozo que da saber que ha gustado lo que has hecho, con la presión. Me sentía en la adorable obligación de intentar mejorar lo escrito el pasado viernes. Un reto para nada desdeñable, que por supuesto quiero aceptar cada semana. Y es que, si por algo me caracterizo, es por ir luchando contra todos los retos que me pone la vida.

Desafíos que esta semana estuvieron en una noticia más elaborada sobre 'El día de la cerveza'. En estos siete días no hubo salidas. Y, aunque se me ha ocurrido algún tema no he sabido 'vestirlo' lo suficientemente bien como para que merezca la pena salir con una cámara a la calle para cubrirlo.

Algo que me ha hecho hacer autocrítica. Bajar de esa nube en la que me había sumido, sin que yo me diese cuenta, el primer texto de este diario. Volví entonces a comprender que en este mundo se triunfa desde la humildad. Algo que para nada había olvidado. Pero estaba tan ocupado asimilando la buena acogida que parecía haber tenido ese primer texto, que creía que todo lo que salía de mi boca iba a ir por la misma senda. Pero nada más lejos de la realidad.

Y así entre propuestas, noticias y teletipos transcurría una semana en la que, inexplicablemente ya puedo decir, que he echado de menos el ajetreo provocado por la investidura. Me había acostumbrado al volumen y ritmo de trabajo de la pasada semana.

Pero bueno en la vida todo pasa. Lo bueno es quedarse con todo el aprendizaje que acumule enesos siete días. Y que todo lo aprendido me sirva para mejorar y seguir creciendo en esta profesión que tanto quiero.

Y así la semana llega a su fin y entra otro fin de semana al que llego sabiendo lo complicado que es hacer autocrítica en esta profesión. Cierro estos siete días en los que he vuelto a acumular multitud de enseñanza sabiendo que laperfección no existe. Y que todos, y más cuando estás en mi posición, tenemos muchas cosas que aprender cada día.

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