Publicidad

GIRA ESPAÑOLA DE U2

U2 conquista Barcelona desde el Palau Sant Jordi

La fuerza del último disco de la banda y de sus grandes éxitos, un montaje visual impactante y la capacidad de Bono para conectar, han cautivado al público que ha presenciado, totalmente entregado, el concierto de U2 en el Palau Sant Jordi de Barcelona, el primero en España de la actual gira del grupo irlandés.

Los cuatro de Dublín han alternado con maestría los momentos emotivos, con la reivindicación, el rock y el espectáculo, a lo largo de dos horas y media, en el primer concierto de los cuatro que ofrecerán los irlandeses en Barcelona, única escala española de la gira mundial que iniciaron el pasado mayo en Canadá.

"Bona nit Barcelona -ha dicho un todopoderoso Bono-. Nos gusta Barcelona, es una ciudad que ama el arte y los artistas. Nos gusta tanto que nos quedamos una semana". "Pero, de momento, os vamos a llevar al Norte de Dublín donde crecimos y donde hay una parte importante de nosotros", ha añadido el cantante, antes de iniciar una tanda de temas muy autobiográficos de su último disco.

Unas palabras en inglés que la banda ha tenido el detalle de subtitular en castellano en la enorme cortina de pantallas de vídeo situada entre el escenario principal y el secundario.

El concierto había empezado poco antes, con "The Miracle", "Electric Co.", "Vertigo" y "I Will Follow", una descarga de rock en estado puro con la que los irlandeses se han metido el público en el bolsillo.

Tras esta combinación de temas compuestos en los lejanos ochenta con canciones recién salidas del horno, ha llegado el momento del viaje a la inocencia de la que habla el título de su último disco "Songs Of Innocence".

En las pantallas han aparecido imágenes de la madre de Bono cuando éste ha interpretado "Iris", canción que lleva su nombre, y las calles donde nació el líder de U2 han hecho acto de presencia con los primeros acordes de "Cedarwood Road".

Proyecciones que han redoblado su efecto cuando la imagen grabada en directo de Bono, situado en la pasarela entre los dos escenarios, ha entrado en las pantallas, junto a su madre o paseando por la calle de su infancia.

Un efecto que ha multiplicado la emotividad del momento.

"El mundo se volvió frío y oscuro cuando se murió mi madre. Me hice músico para agradecerle todo lo que me dio. Dedico esta canción a todas las madres", ha dicho. El final de la inocencia se ha precipitado rápidamente, con una serie de temas relacionados con el conflicto de Irlanda, que ha empezado con "Sunday Bloody Sunday".

En este punto ha emergido por primera vez la faceta reivindicativa del grupo, que ha vuelto a aparecer en la segunda parte del concierto, con referencias a la crisis de los refugiados, a las guerras y a los inmigrantes fallecidos en el Mediterráneo.

Pero la atmósfera gris y desesperanzada que se ha extendido sobre el Palau Sant Jordi durante la interpretación de "Bullet the Blue Sky", ha sido sólo uno de los muchos estados de ánimo por los que ha pasado el espectáculo y sus espectadores.

Ha habido de todo: momentos para la comunicación con el público, como cuando una joven venezolana ha subido a bailar con Bono "Mysterious Ways"; momentos íntimos, como "October" interpretada al piano; y momentos de euforia colectiva, como cuando todo el Palau Sant Jordi ha cantado a coro "Where the Streets Have No Name", "Pride" o "With or Without you". "Sou fantàstic, sou màgics, sou genials", ha gritado Bono en catalán, antes de encarar el bis, con "City of Blinding Lights" y "Beatiful Day".

Unas palabras esperanzadas de Bono sobre la capacidad de Europa para solucionar el problema de los refugiados y de la ciencia para curar el SIDA han permitido acabar el concierto con el público coreando "One" y una sonrisa en la boca.

Publicidad