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SE CREÍA QUE ERA SOLO UN 5%

La mitad del fósforo emitido a la atmósfera proviene de la actividad humana

Según un estudio internacional liderado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales, casi la mitad del fósforo emitido a la atmósfera proviene de quemar carbón y biomasa.

Casi el 50 % del fósforo que actualmente se emite a la atmósfera proviene de la actividad humana, básicamente de quemar carbón y biomasa, cuando hasta ahora se creía que era sólo el 5 %, según un estudio internacional que ha liderado el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF-UAB).

La investigación, que publica este lunes la revista Nature Geoscience, revela que la cantidad total de fósforo emitido a la atmósfera se ha incrementado un 30 % en los últimos cincuenta años como consecuencia de haberse doblado las emisiones producidas por los seres humanos. También señala que, actualmente, el 43 % del fósforo antropogénico emitido a la atmósfera proviene de China, mientras que las emisiones por parte de Europa han ido disminuyendo año tras año.

Para realizar el estudio, los investigadores han hecho un inventario de las fuentes naturales y antrópicas de 222 países y territorios entre 1960 y 2007. Los ecólogos también han tenido en cuenta muestras de carbón provenientes de 13 países diferentes y muestras de la biomasa de las doce especies de árboles y de los nueve cultivos más utilizados como combustibles.

Según ha explicado Josep Peñuelas, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que investiga en el CREAF, el estudio, que se enmarca en el proyecto ERC Synergy Grant IMBALANCE- P, liderado por el CREAF, ha hecho "el balance más realista realizado hasta el momento del fósforo atmosférico en el planeta".

Según Peñuelas, el fósforo es un nutriente esencial para la vida y juega, además, un papel fundamental en la agricultura y en la seguridad alimentaria mundial. El fósforo se encuentra en reservorios minerales y en los seres vivos, pero también, a pesar de ser mucho menos conocido, circula por la atmósfera.

Hasta antes de la era industrial, se emitía a la atmósfera de forma natural, gracias a las explosiones volcánicas, a la emisión de aerosoles biogénicos, al transporte de polvo continental y de sal marina, y a los incendios forestales. Ahora, el artículo de los investigadores del CREAF ha desvelado qué impacto ha tenido y tiene la actividad humana sobre el ciclo del fósforo en la atmósfera.

Según los científicos, el fósforo es un nutriente limitante para el crecimiento de las plantas. "Si hay mucho fósforo el suelo es fértil, las plantas crecen, fijan más CO2 de la atmósfera y disminuye el efecto invernadero que provoca este gas", ha indicado Peñuelas.

"Los resultados de este estudio muestran que el ciclo del fósforo está fuertemente perturbado, más de lo que pensábamos, lo que abre la posibilidad de que haya muchos más ecosistemas que se están fertilizando gracias al fósforo atmosférico que se deposita en el mar y sobre todo en el suelo, especialmente bosques tropicales y subtropicales de Asia y de África", según el científico.

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