Investigadores aragoneses han descubierto una variante genética en algunas razas bovinas que aportan dureza a la carne, exactamente un 22% menos de ternura en el producto, que es lo que busca el consumidor. Esta revelación ayudará por ejemplo a que los ganaderos puedan criar sementales libres de esta variante y por lo tanto ofrezcan una carne mucho más tierna.
Esta variante se ha detectado después de casi diez años de investigación en la que se han llevado a cabo miles de muestras, por el momento sólo se ha detectado en dos razas bovinas españolas, aunque los expertos aseguran que son muchas las razas de vacas con esta componente. Esta es una muestra más de investigación al servicio del consumo con una garantía más de calidad alimentaria.