El hombre de Neandertal, la especie homínida extinta presumiblemente hace 30.000 años, convivió con los primeros hombres modernos y, de esa relación, hubo descendientes, según un estudio del Instituto Max-Planck de Leipzig.
La publicación divulga una investigación iniciada hace cuatro años por el Instituto y que establece que el Homo Neanderthalensis, que habitó principalmente en Europa y algunas zonas de Asia occidental, no desapareció repentinamente como aseguraban hasta ahora los expertos y que se mezcló con el Homo Sapiens.
En 2006 expertos en evolución antropológica del Max-Planck, liderados por el genetista paleontólogo Svante Pääbo, localizaron huesos en una cueva en Croacia que compararon con restos hallados en Asturias y el sur de Rusia.
La novedad llegó para los investigadores al comparar el genoma de los neandertales con el del hombre actual. Así aclararon que parte de la genética de aquella especie homínida de aspecto robusto, 1,65 metros de altura máxima y extremidades cortas aún permanece en el homo sapiens.
"Es seguro que tuvimos hijos con los neandertales", declara Gerd Schmitz, del equipo de investigación del Instituto Max-Planck de Leipzig. El pasado año, Pääbo y su equipo del Max-Planck anunciaron que habían conseguido descifrar en torno al 63 por ciento de los datos genéticos del neandertal.
Los investigadores de Leipzig lograron secuenciar más de 3.000 millones de bases de ADN, tomando como material de partida muestras óseas de seis hombres de Neandertal.
La mayor parte del material procedía de un yacimiento en la cueva de Vibndija, en Croacia, de donde se utilizaron los restos de tres neandertales.
También se emplearon para el estudio muestras de la cueva de El Sidrón, en Asturias, de un yacimiento en Mezmaiskaya, en el sur de Rusia, así como el esqueleto de 40.000 años de antigüedad hallado en el propio valle de Neandertal (Alemania), que dio nombre a la especie.
El grupo de Päabo evitó la contaminación del material genético del Neandertal con material genético humano durante el proceso de secuenciación. Las investigaciones alemanas parten además del supuesto de que el Homo Sapiens y el Homo Neandertalis tienen origen en linajes que se separaron hace por lo menos 400.000 años.
Otra de las cuestiones que podrían resolverse, una vez se logre descifrar el genoma completo, es el enigma de la desaparición del hombre de Neandertal hace unos 30.000 años.