Las lágrimas de San Lorenzo, las perseidas, han vuelto a reunir a familias y amigos que no han querido perderse este espectáculo estelar a casi 3.000 metros de altitud, en Las Cañadas del Teide.
Los curiosos que acuden al Parque Nacional del Teide describen este acontecimiento como "una noche preciosa para disfrutarla con los amigos y la familia".
Nadie quiere irse sin ver, aunque sea, una estrella fugaz. Ante la incertidumbre de cuándo se producirá la lluvia de estrellas, los curiosos esperan durante horas a la luz de la luna.
Con cámaras más o menos profesionales, son muchos los que han querido inmortalizar el momento, y algunos de los asistentes ponen en práctica sus conocimientos de astronomía para que otros puedan identificar las estrellas.