Es la madre de Saray González, la joven universitaria asesinada por su vecino. Hoy, en el juicio por la muerte de su hija se ha derrumbado. Precisamente, hoy el acusado ha pedido un biombo para no enfrentarse cara a cara a la familia de su víctima. Sólo se le ha podido ver cuando declaraban sus amigos, que lo han descrito como introvertido y reservado, pero como un chico normal. Cuando ha declarado su madre, Alberto Montesdeoca no ha podido evitar las lágrimas.
Son los sollozos de la madre de Saray, que no puede reprimir el llanto. Asegura que desde que supo lo que le había pasado a su hija no ha vuelto a dormir.
Tanto ella como su marido describen a una niña cariñosa y responsable, que jamás tuvo problemas con nadie. La familia habla de rabia y de dolor.
A su hermana le había confesado que quería cambiar de piso, por los continuos enfrentamientos con el padre de Alberto, aunque con el chico jamás tuvo un roce.
Pensamiento que compartía Cristina, su compañera de piso. Ella fue la que encontró el cadáver, asegura que escuchó los jadeos de la chica desde las escaleras. Cuando llegó otra de las vecinas, Saray aún seguía con vida.
Hoy han declarado los amigos del acusado. Lo han descrito como introvertido, pero muy cercano a sus amigos más íntimos, entre ellos, Álvaro, el chico al que entregó una mochila con el arma, diciendo que era ropa.
La madre del acusado, que ha pedido no ser grabada, ha repetido con insistencia que su hijo vivía obsesionado por los videojuegos.
Amigos del chico y otros familiares también han hablado de su introversión, pero ninguno vio nunca que su relación con los juegos fuera problemática.
