Varios refugiados se protegen del frío con una hoguera

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COSTARÁ 28 EUROS POR TIENDA

Un grupo de estudiantes crea una red eléctrica portátil para los campos de refugiados

Se trata de un sistema inteligente que permite que la distribución eléctrica se reprograme automáticamente cada vez que un refugiado conecta una tienda nueva o se añade un nodo para extender la red.

Un grupo de estudiantes de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), del Instituto Europeo de Diseño (IED), de ESADE y de dos universidades italianas han diseñado una red eléctrica portátil para facilitar que los campos de refugiados tengan acceso al suministro eléctrico de manera segura y equitativa.

Los estudiantes universitarios se decidieron a atajar el problema del abastecimiento eléctrico, un problema "transversal" en los campos, porque "al solucionarlo resolvíamos otras dificultades" derivadas de la falta de energía, según ha explicado el estudiante del IED Federico Abascal, miembro del proyecto.

La red eléctrica propuesta por los estudiantes es un modelo "portátil", pensado para conectarse a una fuente de energía y distribuirse fácilmente por todo el campo a través de unos "nodos" que se conectan entre ellos con enchufes sencillos.

Los nodos, que se pueden redistribuir para adaptar la estructura de la red según las necesidades de cada campo y contexto, son los puntos desde donde se distribuye la electricidad a las tiendas, también a través de conexiones sencillas. "Añadir un nodo o una conexión a una tienda es tan fácil como conectar un enchufe", ha dicho el estudiante de la UPC Albert Villalobos, que se ha encargado del diseño científico.

Otra de las innovaciones del proyecto es que los nodos incorporan un sistema de inteligencia que autorregula la distribución eléctrica, de manera que los centros hospitalarios o las escuelas reciben electricidad de manera prioritaria, mientras que el resto se reparte equitativamente.

Este sistema de inteligencia permite que la distribución eléctrica se reprograme automáticamente cada vez que una persona refugiada conecta una tienda nueva, un electrodoméstico o se añade un nodo para extender la red, para mantener así la equidad.

Ambos estudiantes remarcan que una parte importante del proyecto es que su prototipo impulse el "empoderamiento" de los refugiados y la "conciencia grupal", ya que es un sistema que no requiere de expertos más allá del momento inicial de instalación y permite que los habitantes de los campos diseñen la red según sus necesidades. "No generamos energía, sino que ahorramos", explica Abascal, al distribuir electricidad "en los momentos más útiles", como la hora de comer y cenar o durante la noche, y evitar así los "picos" de consumo, que en muchos casos llevan al colapso de la red y deja el campo sin luz durante horas o días.

El proyecto empezó a desarrollarse en septiembre de 2016 en el marco de la convocatoria del Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) Challenge-Based Innovation, y actualmente se encuentra en la fase de diseñar el prototipo final y buscar fondos para aplicarlo.

Los estudiantes calculan que el prototipo costará unos 30 dólares por tienda, un precio que consideran "razonable" al haber utilizado "enchufes corrientes", "cajas de plástico" para hacer los nodos y "multiconectores" como los que existen en las casas.

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