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ESTUVO 48 HORAS PERDIDO

El hombre que sobrevivió a un naufragio en Canarias: "Solo quería morir en paz"

Después de una semana en el hospital, Álvaro Vizcaíno un empresario madrileño de 38 años, cuenta su historia de náufrago en las costas de Punta Paloma.

Asegura que se preparó para morir, pero el instinto de supervivencia lo salvó.

Álvaro Vizcaíno, un empresario madrileño de 38 años, fue a pasar unos días de vacaciones a casa de una amiga en la isla de Las Palmas de Gran Canaria pero esos días de descanso casi le cuestan la vida.

Cuando el pasado domingo Álvaro decidió salir a dar un paseo solo por la costa de Punta Paloma, resbaló en una zona de dunas y cayó a un acantilado, de unos cuatro o cinco metros, del que estuvo colgado durante varios minutos hasta que perdió las fuerzas y acabó en las rocas.

Se hizo numerosas heridas en todo el cuerpo. Dos fracturas en la pelvis y una herida abierta en el brazo izquierdo, al margen de numerosos rasguños en los brazos y piernas.

El madrileño asegura que no perdió nunca el conocimiento: "Luego recordé que en las proximidades había una pequeña cala con una playa de arena, me deslicé gateando por las rocas, llegué al agua y comencé a nadar en aquella dirección".

Pero el agua salada fue su gran enemigo en ese memento, además de altas temeraturas. La sal le provocó un gran escozor en cada una de sus heridas. Además había perdido el bañador, la única prenda que llevaba encima.

Nadó, pero cada vez estaba más débil, hasta que perdió las fuerzas y se hundió. Pero cuando tocó fondo y pensó que su vida había llegado a su fin, le vino una fuerza de dentro y lo impusó a la superficie. Nadó como pudo hasta llegar a la pequeña cala desértica.

Estuvo 48 horas solo, herido, sin fuerzas, sin comida, sin agua y desnudo. No tenía nada, hasta que vio una red con la que se tapó como pudo del frío de la noche. Su plan era esperar, se entablilló su brazo herido, mientras pensaba y hablaba.

Estaba deshidratado, pero algo indicaba que la vida de Álvaro no acababa allí, porque apareció en la orilla una botella de agua de un litro y medio. Eso le dio un poco más de fuerza para seguir sobreviviendo.

Pero el martes es cuando llegó "el milagro", a lo lejos vio una embarcación. Estaba muy lejos, asi que no escuchaban sus gritos de auxilio, por lo que decidió coger el bugi que había encontrado. Era eso o morir, asi que el madrileño no se lo pensó, cogió las pocas fuerzas que le quedaban y se adentró már adentró remando con el brazo que no tenía apenas heridas.

Uno de los hombres de la zodiac cuando lo vio se tiró al agua para ayudarlo. Eran tres policías que se encontraban en su día de descanso y habían salido a pescar. Llamaron a un helicóptero para que rescataran a Álvaro y lo llevaran al hospital. Tras una semana hospitalizado ya se encuentra en su casa.

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