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RECONOCE QUE SUS MANOS ASESINARON AL BEBÉ

El parricida de Carabanchel no recuerda el asesinato de su hijo.

El presunto parricida de Carabanchel Jorge Diego C.A. ha reconocido en el juicio, que asesinó a su bebé de 19 meses e hirió de gravedad a su hijo de 5 años, pero no recuerda cómo lo hizo porque sus capacidades estaban gravemente comprometidas por el alcohol y por una fuerte depresión.

"Mis manos fueron las que cometieron efectivamente esos delitos", ha señalado Jorge Diego en la vista oral que se celebra estos días en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid. Y ha querido dejar claro que: "En ningún momento se me pasó por la cabeza hacerles daño, yo jamás he querido lastimar a mis hijos premeditadamente porque los amo, porque con mis facultades mentales normales no sería capaz de hacerlo". El procesado, de 33 años y nacionalidad uruguaya, se enfrenta a una petición de la Fiscalía de 21 años de prisión por un delito de asesinato y otro de asesinato en grado de tentativa, si bien la acusación particular reclama la pena máxima de 43 años de cárcel.

"Mis manos fueron las que cometieron efectivamente esos delitos", ha señalado Jorge Diego en la vista oral

Siempre muy tranquilo, Jorge Diego se ha declarado culpable y ha asumido la responsabilidad de los delitos pero ha dicho que "en su mente" no recuerda haber matado a su bebé. "Acepto el asesinato de mi hijo Lucas, eso lo asumo, y también que agredí a David, aunque no lo recuerde", ha señalado el acusado, que ha admitido tener "un lapsus" en su mente por su "tratamiento psiquiátrico".

El acusado ha explicado que se bebió "entre seis y ocho litronas de cerveza antes" y ese consumo se juntó con el alcohol que tomó la víspera del crimen cuando salió de fiesta. A ello, ha sumado que estaba deprimido por su trabajo, por el fallecimiento de dos familiares y por su separación.

Por su parte, su expareja Verónica C. ha dicho que recibió una llamada de su hijo David que le comentó que "Luquitas tenía una heridita en la barbilla", entonces ella le pidió que le pasara a su padre y éste le afirmó que se había caído y se había golpeado con la mesa. El acusado estaba con sus dos hijos en la casa que compartieron antes de su separación y donde Jorge Diego se los había llevado a dormir la siesta. Esa misma tarde, recibió muchísimas llamadas del acusado, pero no le notó borracho ni trastornado.

Antes del inicio del juicio, las partes han tratado de alcanzar un acuerdo con la Fiscalía, pero la letrada de la familia ha rechazado acordar la pena que solicita el Ministerio Público. La vista, que continuará mañana con la declaración de más testigos, ha concluido con el visionado de la declaración de David, pero a puerta cerrada.

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