Intervenidos 36 botes de una golosina líquida con un posible producto tóxico o alérgico

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VIDAL GOLOSINAS

A los españoles nos gustan las golosinas dulces y a los franceses las ácidas

¿Qué golosinas son las que más se comen en España? ¿Son las mismas que gustan a los niños franceses o portugueses? Los estudios comerciales dicen que no, mientras en nuestro país se imponen los sabores dulces con colores fuertes en Francia triunfan los tonos verdosos y sabores frutales.

Podríamos creer que las gominolas, los caramelos con palo o los pica-pica son, en forma y sabor, más o menos parecidos en cualquier parte del mundo, pero no dicen lo mismo los datos de laboratorio ni los informes comerciales.

El mayor productor de 'chuches' de España, Vidal Golosinas cumple 50 años en el negocio y ha explicado cuál es su experiencia de ventas en diferentes puntos de venta. "A los españoles y portugueses nos gustan las chuches dulces, azucaradas y de colores fuertes, mientras que nuestros vecinos franceses se decantan por los sabores frutales y los tonos verdosos", dice José Ramón Pastor, director comercial y de marketing del grupo.

El gusto francés por el sabor ácido hace que el caramelo con palo 'pintalenguas', cubierto con pica, sea en Francia el producto estrella en la cartera de pedidos de esta firma, que dedica más del 70% de su volumen de negocio al mercado internacional y vende en 65 países de los cinco continentes.

Desde su sede de Molina de Segura, la ciudad murciana de la que es originaria la familia Hernández Vidal, propietaria de esta empresa, salen cada día 50 millones de unidades de alguna de las 2.300 referencias que componen la cartera de productos de esta compañía, que factura unos 90 millones de euros al año y da empleo a algo más de medio millar de personas.

En Estados Unidos, donde el consumo de golosinas tiene como peculiaridad que es estacional (Halloween, Navidad, San Valentín y Pascua).José Ramón Pastor afirma que los nórdicos, por ejemplo, quieren golosinas saladas, en tanto que alemanes, ingleses y centroeuropeos lideran la demanda de dulces con "valor añadido", es decir, con aromas naturales, extractos vegetales, zumos de frutas o libres de grasas.

Es curiosa también la adaptación de sus productos Kosher y Halal para las confesiones judía y musulmana, respectivamente, que se fabrican según las prescripciones de cada caso y de las que existen unos 300 códigos de artículo distintos, en total. Estos caramelos tienen unos procesos de producción muy parecidos, y diferentes a la fabricación del resto de productos, que obligan cuatro veces al año a paralizar la actividad normal y a habilitar espacios en la planta exclusivamente dedicados a esta producción.

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