Uno de los actores de la Feria de Tárrega

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ALEGORÍA CRÍTICA DEL DESEMPLEO

Dos parados se venden como mascotas en la Feria de Tárrega

Este es uno de los montajes más sarcásticos de la Feria de Teatro en la Calle de Tárrega (Lleida).

Uno de los montajes más ácidos y sarcásticos que pueden verse estos días en la Feria de Teatro en la Calle de Tàrrega, en Lleida, tiene el sello de la Reial Companyia de Teatre de Catalunya, que pone a la "venta" a dos parados con dudosas habilidades para entretener al personal.

Con el telón de fondo de la crisis y el desempleo, el montaje,que se desarrolla en un escenario atípico, como es el escaparate de un establecimiento del centro de la población, pretende ser asimismo una alegoría crítica del mundo mercantil.

Tras el cristal de la tienda y ante la atenta mirada de los transeúntes, dos parados jóvenes, hombre y mujer, sostienen, con un permanente semblante serio y cierta desgana, unas pancartas en las que puede leerse: "¿Quieres una mascota? Nuevo plan del Gobierno:Compra un parado".

Se oye música. Los desempleados aspirantes a animal de compañía proceden a mostrar sus habilidades y ejecutan "el nivel de entretenimiento 1", consistente en una especie de baile con pocagracia y bastante descoordinación. La inverosímil danza parece que no acaba de convencer a loscompradores, por lo que vuelve a sonar la música, esta vezcharlestón, y los parados, ataviados ahora con un vestido de lentejuelas rojo y guantes y diadema del mismo color, retoman lospasos de baile, esta vez algo parecido al cabaré, esforzándose enesbozar una leve sonrisa en sus tristes caras.

Cada vez más transeúntes se detienen frente al establecimientopara ver "el nivel 2" de entretenimiento de este inéditoespectáculo. Tras varios minutos de charlestón, llega el momento de la demostración del tercer y último nivel de entretenimiento. Los desempleados se vuelven a cambiar. Esta vez se enfundan un disfraz de conejo y empiezan a bailar al ritmo de "reggaeton". O algo parecido. Ahora sí, los parados bailan con ritmo y simpatía.

Es su última oportunidad para embaucar al público y lograr que alguien les adopte como animal de compañía. En la calle, el público infantil se muestra fascinado con estos simpáticos y grandes conejos. Saltan y ríen con ellos. Pero eltiempo de demostración acaba y, poco a poco, el público se dispersa. Los parados se quitan el disfraz de roedor. Nadie entra a la tienda a comprarlos.

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