Yacimiento en LLeida

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LA FORMA OVOIDAL DE UN HUEVO FÓSIL ENCONTRADO LOS RELACIONA

Las aves y los dinosaurios podrían tener un antepasado común

La hipótesis que avala que los pájaros, los terópodos no avianos y los dinosaurios del cretácico tienen una ancestro común cobra fuerza después de la identificar huevos de dinosaurio con una marcada forma ovoidal.

Investigadores de las universidades Complutense de Madrid y Autónoma de Barcelona han identificado huevos de dinosaurio con una marcada forma ovoidal, lo que representa una prueba a favor de la hipótesis de que los pájaros y los terópodos no avianos, los dinosaurios del cretácico, podrían tener un ancestro común.

Según ha informado la Universidad Autónoma de Barcelona, la paleontóloga de la Universidad Complutense de Madrid Nieves López Martínez investigó -antes de su muerte en diciembre de 2010- unos huevos de dinosaurio con una forma ovoide asimétrica.

Junto al paleontólogo de la UAB Enric Vicens, López hizo un análisis exhaustivo del hallazgo, que se ha publicado recientemente en la revista Palaeontology. El nuevo tipo de huevo de dinosaurio analizado, que ha sido bautizado con el nombre científico de 'sankofa pyrenaica', fue encontrado en el área de la sierra del Montsec, en Lleida, en dos yacimientos muy cercanos situados a ambos lados del paso de Terradets.

La zona sur-pirenaica es rica en yacimientos de huevos de dinosaurio, la mayor parte de los cuales corresponden a huevos de saurópodos del Cretáceo Superior, de hace más de 70 millones de años. En aquella época, el paisaje correspondía a un litoral lleno de playas y deltas que ganaban terreno al mar por la acumulación de sedimentos. En los bancos de arena de las playas y de las planicies aluviales ponían los huevos grandes grupos de dinosaurios. La arena y el barro de la época han dado lugar, a lo largo de millones de años, a los greses donde ahora se encuentran los restos de dinosaurios.

En concreto, los yacimientos en los que se ha hecho el hallazgo corresponden al final del Cretáceo Superior, hace entre 70 y 83 millones de años. Los ejemplares que se han encontrado corresponden a huevos pequeños, de unos siete centímetros de altura y cuatro de ancho, con un caparazón de 0,27 milímetros de grueso de promedio.

La mayor parte de los huevos se han encontrado rotos en pequeños fragmentos, pero también hay huevos más o menos enteros, que se pueden observar fácilmente en sección. Todos los huevos de estos yacimientos pertenecen a una misma especie y la diferencia principal con respecto de otros de la misma época es su forma asimétrica, similar a la de un huevo de gallina.

Los ejemplares más enteros muestran claramente una forma ovoidal, poco común en los huevos del Cretáceo superior y parecida a los de las aves actuales. La forma de estos huevos es una característica única en los huevos de terópodos del Cretáceo superior y sugiere un vínculo con las aves, mientras que los huevos de los dinosaurios no avianos son simétricos y alargados.

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