Sequía turística

El mayor embalse del Pirineo se seca

El embalse de Canelles se encuentra al 14%, lejos del 60% que corresponde a la época. Sus 7 empresas de turismo náutico han cerrado.

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El lugar es un vergel por definición. En Pirineos, entre las provincias de Huesca y Lleida, se encuentra el embalse más grande de la cordillera. Una masa de agua donde en los últimos años han surgido hasta 7 empresas vinculadas a los deportes de agua. Y las 7 han cerrado. El embalse de Canelles, aquel en el que desemboca el río Noguera-Ribagorzana está al 14%. Un porcentaje que suena mucho más optimista de lo que nos muestra el paisaje seco y agrietado.

“No lo esperábamos. Así, sin agua, nuestras vacaciones cambian”

Jordi y Reme salieron temprano de Fraga para visitar este entorno. Llevan un rato caminando pero no se han cruzado con ningún otro visitante. En las fotografías que toman sólo captan el lecho del pantano con apenas un hilo de agua reptando. Tampoco se escucha el trinar de los pájaros que tanto gustan a Jordi. Juan Luis, otro turista, aún no ha llegado al embalse. Ha parado su autocaravana en una orilla para picar algo con su mujer y sus hijos. Tiene la referencia de las fotos del pantano en sus tiempos húmedos y piensa que, a pesar de la sequía, se encontrará algo parecido a lo que tiene en mente. Cuando le mostramos las imágenes que hemos tomado no oculta su sorpresa: “no lo esperábamos. Así, sin agua, ya cambia todo”. Se refiere a su plan de vacaciones.

Jordi Piqué es el alcalde de Viacamp y Litera, el municipio al que pertenece el embalse. “Las empresas que había y vivían de esto han cerrado. Ten en cuenta también que a parte de Lleida y de Aragón se les suministra riego y agua de este pantano”. El consumo doméstico de momento no sufre cortes, pero agricultores como Antonio han visto mermada su cosecha hasta una quinta parte.

[[H3:“Venían autobuses de Zaragoza, de Valencia y de Pamplona pero este año… nada”]]

El daño medioambiental es evidente. Y el económico también. Joan tiene varadas en un almacén sus 35 piraguas y su catamarán. Él y las otras 6 empresas náuticas vinculadas al embalse y pertenecientes a las provincias de Lleida y Huesca han cerrado la temporada. “Han coincidido dos factores. El tema de la sequía y la guerra en Ucrania. Cuando estalló la guerra se vaciaron los embalses para hacer electricidad”, sostiene aportando otra variable a la ecuación seca.

Sana tenía 3 negocios en 1. Piraguas, un restaurante y un taxi furgoneta para trasladar a los turistas. Las piraguas están en el dique seco, el taxi parado y el restaurante vacío. El agua les daba la vida. Como a todos, pero a ellos más: “Por la mañana venían a los bocadillos, luego dábamos comidas. Venían autobuses de Zaragoza, de Valencia, de Pamplona, pero este año ya… nada”. Los vecinos más optimistas calculan 3 ó 4 años para que el embalse recupere al menos parte de su esplendor.

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