Los insectos comienzan a poblar los platos de muchos restaurantes españoles

Ha sido la última recomendación de la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación. Según este organismo, los insectos deberían ir incorporándose a nuestra dieta como posible solución al hambre en el mundo además de convertirse en una nueva fuente para generar empleos e ingresos en efectivo.

En Espejo Público nos hemos trasladado hasta la localidad valenciana de Alaquas, donde Gema Llácer es la propietaria de "krik krik", una empresa dedicada a la cría de grillos que, en un principio están destinados a la alimentación animal, pero como ella reconoce, ya se han puesto en contacto algún restaurante para adquirirlos. "La temperatura y la humedad tienen que estar muy controladas para evitar que se aletarguen o mueran", reconoce Gema. Cobra alrededor de un euro por 30 ejemplares, precio que se triplica en la tienda y factura al menos 42.000 euros al año. "La crisis tambien se nota en este negocio porque no todo lo que se gana es limpio ... los grillos también comen".

Se trata de un alimento que la legislación española todavía no contempla como tal, por lo que en muchas ocasiones los inspectores de Sanidad no saben cómo actuar ante un local que los presente en su carta.