Operación de la Guardia Civil

Detenidos por vender jamón en mal estado como pata negra: tenía gusanos y moho y usaban insecticida

Hasta 6 personas están siendo investigadas por vender jamón en mal estado haciéndolo pasar por pata negra. Las piezas incautadas presentaban gusanos y moho. Los presuntos estafadores llegaban a usar insecticida sobre las piezas.

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Espejo Público ha tratado el supuesto fraude de jamones pata negra que ha destapado la Guardia Civil en una operación en la que han intervenido 50.000 kilos de jamón en un entramado millonario que se dedicaba a hacer pasar piezas en mal estado como paletas de pata negra. Los estafadores conseguían el efecto de una pata de jamón maquillando los jamones con carbón y hasta usando un soplete para conseguirlo.

Tal y como informa la periodista Natalia Fondevila desde Alcalá de Guadaíra (Sevilla), donde se han registrado la mercancía, las paletas se encontraban en muy malas condiciones e incluso tenían gusanos y moho.

Por el momento 6 personas están siendo investigadas por este presunto fraude en el que no solo falsificaban un jamón que no era de pata negra sino que además falsificaban el etiquetado. Los detenidos comercializaban el jamón que no era de pata negra como si lo fuera.

Los detenidos usaban insecticidas directamente sobre el jamón

Fue cuando los agentes entraron en una de las cámaras de congelación y vieron que el hielo llegaba desde el suelo hasta el techo cuando se dieron cuenta de que las condiciones higiénicas eran deplorables. Los detenidos cogían los jamones llenos de moho y los limpiaban con agua a presión para empezar el proceso de 'chapa y pintura'. Para simular un estado atractivo del producto usaban carbón vegetal, aceite de semillas y para matar a los insectos incluso llegaban a utilizar insecticida directamente en la carne, señala la periodista Fondevila. La que además señala que los estafadores no tiraban nada porque el jamón que no conseguían camuflar era cortado en lonchas y en tacos y comercializado de esta manera.

Mantiene Fondevila que había jamones que habían entrado en sal en el año 2019 y su fecha de consumo preferente era de 2030. "Los jamones no tienen una fecha de consumo tan largo. Se vendían al consumidor final por lo que podríamos estar ante una estafa millonaria".

Los investigados han sido acusados de estafa contra la salud pública, la propiedad industrial, del mercado y el consumidor. "Hay mucho dinero en juego y está la salud de las personas".

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