Tarde de gala, calor, fería de San Isidro y Julio Aparicio salía al coso madrileño tras cortar dos orejas en la Plaza de Nimes. Sin embargo, las cosas pronto se torcerían más de lo deseable y, en el primero de su lote, de nombre Opíparo y con 530 kilos, se acabó su tarde. Una sobrecogedora cornada que entro por la barbilla y salió por la boca envió al torero sevillano a la enfermería donde tuvo que ser operado de urgencia.
"No existen palabras suficientes para agradecer a todos lo que habéis hecho por mi", así se expresaba el diestro Julio Aparicio en una comparecencia de prensa en la que nos ha contado que poco a poco va volviendo a la normalidad.
Un mes después Julio ya ha vuelto a entrenar con la mente puesta en la feria de La Peregrina de Pontevedra donde tiene previsto torear. "Una cosa así hace aferrarte más a la vida y al toreo", ha afirmado delante de los medios. Asegura que no le han quedado secuelas ni físicas ni psicológicas y ha aprovechado para desmentir las razones que se han dicho tras su reciente ruptura con su apoderado, Simón Casas, "no ha sido por razones económicas".