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FERTILIDAD

¿Qué pruebas hay que realizar para un posible diagnóstico de infertilidad?

Las parejas que llevan más de un año sin lograr su ansiado bebé deben someterse a una serie de pruebas no siempre conocidas.

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Llevamos tiempo intentando quedarnos embarazadas, pero parece que esas dos rayitas nunca van a aparecer en el test de embarazo. Van pasando los meses y no podemos evitar pensar que quizás haya algo que no esté funcionando. ¿Quizás deberíamos ir a consultar por una posible infertilidad? ¿Cuándo dar el paso? ¿Y a qué pruebas y posibilidades podríamos enfrentarnos?

Se calcula que la tasa de infertilidad en España ronda entre el 15 y el 17 por ciento. Y va en aumento. No solo por el aumento de la edad de las madres, también de los padres. Sin embargo, todavía hay mucho desconocimiento en torno a los problemas de fertilidad. Para empezar, para saber cuáles son los parámetros a analizar.

Rebeca Puente, ginecóloga del Hospital Vithas Medimar (Alicante) indica que lo indicado es realizar un estudio de fertilidad una vez que se lleva al menos un año de relaciones sexuales regulares sin utilizar ningún método anticonceptivo.

Diferentes diagnósticos y posibilidades

En ese momento hay que barajar dos posibilidades, que son un posible diagnóstico de infertilidad o de esterilidad. En el caso de esterilidad se habla de cualquier pareja que no consigue esa gestación en un año, siendo primaria para la búsqueda del primer hijo o secundaria si ocurre tras un hijo nacido. “Por otra parte, se trata de una infertilidad primaria, cuando la pareja consigue una gestación, pero no llega a término con un recién nacido vivo. Sería una infertilidad secundaria, cuando tras un embarazo y parto normales, no consigue una nueva gestación a término con recién nacido vivo”, explica la ginecóloga.

De esta forma, dependerá de la causa especifica que provoque la esterilidad/infertilidad, los siguientes pasos a seguir. Aún así, Puente adelanta que las posibilidades van desde inducciones de ovulación con citrato de clomifeno, a técnicas de reproducción asistida, es decir, inseminación artificial o fecundación in vitro.

Para poder saber cuál es el caso de cada pareja, las pruebas a realizar son:

Pareja esperando
Pareja esperando | iStock

En el caso de la mujer:

• Ecografía transvaginal para conocer la morfología del útero y los ovarios.

• Analítica con perfil hormonal en p

• Primera fase del ciclo (generalmente el tercero) para valorar los niveles de FSH, LH, estradiol y otros valores como son la prolactina, tiroides entre otros para conocer cómo funciona el ovario y la hipófisis.

• Hormona antimulleriana, una sustancia que segregan los folículos ováricos y cuya determinación nos sirve para medir la reserva ovárica. Lo cual nos sirve para conocer la cantidad de ovocitos (óvulos) que le quedan a la mujer, así como la calidad de los mismos.

• Histerosalpingografia, una radiografía con contraste para valorar si las trompas de Falopio son permeables o por el contrario están obstruidas.

• Cariotipo: Se realiza en casos puntuales un análisis cromosómico para detectar anomalías cromosómicas.

• Histeroscopia: Solo se solicita en casos puntuales y consiste en la introducción de la cámara a través del cérvix para visualización directa del canal cervical y la cavidad uterina. A través de ella se puede tomar si es preciso una biopsia de endometrio o si hubiese lesiones intracavitarias.

En el caso del hombre:

• Analítica general completa.

• Seminograma para analizar características de los espermatozoides: morfología, cantidad, movilidad, PH, volumen del líquido seminal, capacidad de fecundación… Dependiendo del resultado, este examen se puede complementar con otras pruebas más específicas con el fin de con el fin de planificar el proceso de reproducción asistida si fuera necesario.

• Cariotipo: En casos puntuales se puede solicitar un análisis cromosómico para detectar anomalías cromosómicas que puedan ser causa de infertilidad masculina.

Pruebas de compatibilidad genética

Existe un test de compatibilidad genética (TCG), también llamado estudio de portadores o matching genético. “Es una prueba que permite minimizar la transmisión de enfermedades genéticas a la descendencia, ya que es capaz de identificar los genes alterados en cada miembro de la pareja y detectar si existe alguna mutación en común y estudiar así la probabilidad de que su hijo herede una enfermedad genética grave. Normalmente se realiza un estudio de portadores: previo a un tratamiento de reproducción asistida, previo a una donación de ovocitos o de semen, para una mejor selección del/ la donante, parejas con consanguinidad”, concluye la experta.

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