¿Qué es el polvillo blanco que tienen algunas frutas?

Desde hace unos días ya puedes comprar en la frutería una de las mejores frutas de la temporada: la uva. Es rica en potasio -más presente en la uva negra que en la blanca-, sodio, magnesio y vitaminas A, B y C. Tiene un efecto antioxidante y diurético, lo que la hace buena para el riñón y para bajar los niveles de ácido úrico. Además, es beneficiosa para las arterias, el corazón y para reducir la presión arterial.

Puedes comerla como postre o añadirla en ensaladas. Sea cual sea la forma como la consumas, a lo mejor te habrás fijado que en algunos casos hay como un polvillo blanco sobre la piel.

¿Es perjudicial el polvillo blanco de la uva?

Quizá este polvillo blanco pueda darte, de entrada, una mala imagen sobre la fruta que te estás a punto de comer. Pues nada más lejos de la realidad.

Elena González, licenciada en Biología y experta en seguridad alimentaria, aclara en su perfil de Instagram (@egseguridadalimentaria) que ese polvillo "no son pesticidas". En realidad son "ceras epicuticulares".

¿Qué son las ceras epicuticulares?

Este tipo de ceras, que también están en las plantas, "se producen de forma natural en la mayoría de los frutos", cuenta González, y sirven para proteger a la fruta de "la desecación, el ataque de insectos y factores ambientales" como el calor y el frío intensos.

Son microcristales que, según como sea su composición y su estructura, reflejarán más o menos la luz y, por eso, algunos se ven más que otros a simple vista.

Además, son un indicador para saber si la fruta es de buena calidad. La experta lo explica: "la presencia de ceras epicuticulares es uno de los parámetros que definen la calidad de estos frutos".

Otra propiedad de las ceras epicuticulares es que son repelentes al agua. Por lo tanto, esto hace que se formen gotitas de agua por encima de la piel y evita que la uva se humedezca en el interior.

¿Las ceras epicuticulares se pueden encontrar en otras frutas?

Efectivamente. Estas ceras epicuticulares, a las cuales también se les llama pruina, están presentes en otras frutas como el plátano y la manzana. Al tener esta función de protección, incluso a veces ponen ceras de manera artificial -siempre aptas para el consumo- para que aguanten más el transporte desde el campo hasta los supermercados.

También podrás encontrar la pruina en otros frutos (como la ciruela, el arándano y el limón), en la caña de azúcar, en vegetales (por ejemplo, los guisantes y la col) y, como hemos mencionado anteriormente, en plantas como las coníferas, el eucalipto y el musgo.

La clásica pregunta: ¿se tiene que lavar la fruta antes de comerla?

Si optamos por comer la fruta sin pelar, hay que lavarla antes bajo un buen chorro de agua para quitar los restos de tierra y de todos los microorganismos que pueda haber.

Incluso hay expertos que opinan que es mejor lavarla con agua, incluso si la vamos a consumir sin piel para evitar arrastrar los microorganismos al interior de la fruta.

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