CONSEJO

¿De qué forma influye en nuestra salud la hora a la que comemos?

La hora en la que comemos influye en nuestro organismo de manera que podemos llegar a contraer enfermedades si no distribuimos las comidas a lo largo del día. Comer en intervalos regulares ayudará a regular nuestro apetito y así estar más saludables y con más energía durante todo el día.

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La hora de las comidas puede influir en nuestro organismo, ya que nuestro cuerpo tiene un reloj biológico interno llamado ritmo circadiano. Este ritmo regula algunos procesos fisiológicos, como la liberación de hormonas, la temperatura corporal y el estado de ánimo. También se ve afectado por los patrones de alimentación.

Cuando comemos a horas regulares, nuestro cuerpo se acostumbra a este ritmo y funciona de forma más eficiente. Esto puede ayudar a mejorar la digestión, el metabolismo y la salud.

El ritmo circadiano es un ciclo de 24 horas que controla muchas funciones corporales, incluida la digestión. Cuando comemos fuera de nuestro ritmo circadiano, podemos alterar el funcionamiento de nuestro cuerpo y aumentar el riesgo de enfermedades. Esto puede afectar a nuestra salud en aspectos como la digestión, el sueño o el nivel de energía.

La digestión es un proceso que requiere energía y tiempo. Cuando comemos fuera de nuestro ritmo circadiano, podemos dificultar la digestión y aumentar el riesgo de problemas digestivos, como la acidez estomacal, el reflujo ácido y el estreñimiento.

Además, comer tarde en la noche puede dificultar el sueño. Nuestro cuerpo necesita tiempo para digerir los alimentos antes de ir a la cama. Cuando comemos tarde en la noche, cerca de la hora de dormir, nuestro cuerpo está ocupado digiriendo los alimentos y no puede relajarse y prepararse para dormir. Esto puede provocar dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes e insomnio.

Es importante dejar pasar al menos dos horas entre la cena y la hora de acostarse. Esto dará a tu cuerpo tiempo para digerir los alimentos y prepararse para dormir.

Una pareja comiendo
Una pareja comiendo | iStock

Nuestro cuerpo necesita energía para funcionar de manera adecuada. Cuando comemos a horas regulares, nuestro cuerpo tiene tiempo para digerir los alimentos y absorber los nutrientes que necesita lo que ayuda a mantener nuestros niveles de energía estables durante todo el día.

Por el contrario, cuando comemos a deshoras, nuestro cuerpo no tiene tiempo para digerir los alimentos correctamente. Esto puede provocar picos y valles de energía, lo que puede afectar a nuestro rendimiento físico y mental.

Además, seguir un patrón de alimentación regular ayuda a regular el apetito y mantener un peso saludable. Cuando comemos a horas regulares, nuestro cuerpo aprende a esperar la comida a esas horas, regulando así la producción de hormonas que regulan el apetito. Si comemos fuera de nuestro ritmo circadiano, podemos aumentar el riesgo de comer en exceso.

Hacer una buena distribución de las comidas de forma regular a lo largo del día es importante para mantener unos niveles de energía estables y a rendir al máximo durante toda la jornada. Cuando comemos regularmente, nuestro cuerpo tiene tiempo para digerir los alimentos y absorber los nutrientes.

Por lo tanto, es importante comer a horas regulares para mantener una buena salud y bienestar.

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