COMPORTAMIENTO SEXUAL

¿Es malo tener fantasías sexuales si tienes pareja?

Compartir tus fantasías sexuales más íntimas con tu pareja puede ser todo un desafío. En este artículo te explicamos si es malo fantasear o tan solo es algo natural, por lo que no deberías preocuparte.

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En el extenso mundo de la sexualidad humana, las fantasías juegan un papel crucial en la estimulación y enriquecimiento de nuestras vidas íntimas. Sin embargo, a menudo surgen preguntas y debates sobre si es malo o no tener fantasías sexuales cuando se está en una relación de pareja cerrada.

Las fantasías sexuales son una manifestación natural y saludable de nuestra imaginación erótica. Pueden abarcar una amplia gama de deseos, desde situaciones románticas hasta escenarios más atrevidos. A continuación, te explicamos por qué estas fantasías no deben interpretarse como una falta de interés o insatisfacción con la pareja, sino como una forma de explorar y estimular nuestra propia sexualidad.

La importancia de la comunicación

Tener fantasías sexuales no significa que se esté buscando reemplazar a la pareja. De hecho, la capacidad de fantasear puede ser una herramienta poderosa para mantener la chispa en una relación a largo plazo. "Tenerlas no significa ser infiel o desleal, ni que tu vida o tu relación de pareja, si la tienes, sea insatisfactoria, porque forma parte de nuestra condición humana", explica la Dra. María Fernanda Peraza, especialista en salud sexual y reproductiva para el blog de Dexeus Mujer.

Si bien las fantasías sexuales pueden ser beneficiosas para la relación, la falta de comunicación y el secretismo pueden generar problemas. Ocultar las fantasías a la pareja puede generar inseguridad, desconfianza y resentimiento. La falta de diálogo puede dar lugar a malentendidos y afectar la conexión íntima. Es fundamental establecer un ambiente de confianza en el que ambos miembros de la pareja se sientan seguros para expresar sus deseos y fantasías.

Un estímulo para mejorar tu relación

Al permitirnos experimentar en nuestra mente, podemos descubrir nuevas formas de placer y deseo que luego podemos compartir con nuestra pareja. Hablar sobre fantasías sexuales puede ser un desafío, pero hacerlo puede fortalecer la confianza y la intimidad en la pareja. Al compartir nuestras fantasías con nuestra pareja, podemos trabajar la complicidad y abrir puertas para nuevas experiencias juntos.

Las fantasías sexuales pueden ser una fuente de excitación y estimulación tanto para hombres como para mujeres. Tal como explican desde Dexeus Mujer, "según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Montreal, a partir de una encuesta a más de 1.500 personas, la diferencia esencial es que a la mayoría de los hombres les gustaría hacerlas realidad, mientras que en el caso de las mujeres pocas se lo plantean".

Diferenciar la realidad de la ficción

Es importante recordar que las fantasías sexuales son solo eso, fantasías. No son necesariamente un reflejo de los deseos reales o de las expectativas hacia la pareja. La mayoría de las personas reconocen que las fantasías no se traducen automáticamente en acciones. Son una expresión de nuestra imaginación y una forma de escapar temporalmente de la realidad. No debemos juzgar a nuestra pareja por sus fantasías, sino aceptarlas como una parte natural de su ser sexual.

En definitiva, no es malo tener fantasías sexuales cuando se tiene pareja. La clave radica en la comunicación abierta, el respeto mutuo y la comprensión de que las fantasías no son una amenaza para la relación, sino una forma de fortalecerla. Al abrazar nuestras fantasías y compartirlas con nuestra pareja, podemos dar rienda suelta a la pasión y la intimidad, creando una relación más sólida y satisfactoria.

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