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Cada vez hay más alérgicos

Te han diagnosticado una alergia, ¿y ahora qué?

Cada vez oímos más casos de alergias a alimentos. Este aumento puede ser debido a varias circunstancias: los avances médicos han facilitado que ahora se detectan más que antes. También tenemos acceso a mayor número de alimentos (incluso extranjeros) y, por tanto, hay más probabilidades de que nuestro sistema inmune no esté adaptado… o vayan ustedes a saber.

-Alergia a la leche

Alergia a la lecheiStock

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Lo que está claro es que la alergia a los alimentos es un problema frecuente y el consumidor alérgico debe controlar muy bien lo que come y cómo lo hace.

Pero antes de dar ciertas claves que garanticen la seguridad del alérgico, aclaremos algunos detalles:

¿Qué significa ser alérgico a un alimento? Podríamos agruparlo en una respuesta anómala del sistema inmunitario frente a un alimento que una persona no alérgica no tendría.

¿Es lo mismo una alergia que una intolerancia a alimentos? No. La respuesta del organismo es diferente. Una alergia suele aparecer al poco tiempo del contacto con el alimento. Los síntomas son variados; desde vómitos, náuseas, urticaria o inflamación, dermatitis o incluso respiratorios como asma o conjuntivitis. En el caso de la intolerancia los síntomas suelen ser digestivos, aunque siempre es conveniente que, en cualquiera de los dos casos, el diagnóstico lo confirme el especialista.

¿Es posible que cocinar el alimento evite la reacción alérgica? Salvo que el especialista indique lo contrario, la única forma de prevenir una reacción alérgica es evitar el contacto con el alimento que la provoca.

¿Todas las personas pueden ser alérgicas? Pese a que los niños tienen una incidencia mayor (y en muchos casos se suele corregir), cualquier persona puede ser alérgica y cualquier alimento puede producir esta hipersensiblidad.

Alimentos que generan alergias
Alimentos que generan alergias | iStock

Y si cualquier alimento puede producir sensibilidad, ¿por qué unos están en el etiquetado y otros no? La razón es porque se analizaron los alimentos que más alergias provocaban en Europa teniendo en cuenta el consumo de los mismos. Se decidió que los 14 actuales son los alérgenos de declaración obligatoria en el etiquetado de los alimentos.

Estos alérgenos deben destacarse en la lista de ingredientes de una forma suficientemente clara como para el consumidor los diferencie del resto de ingredientes presentes en ella. Normalmente se indican en negrita, mayúsculas o subrayado. Además, en alguna ocasión se indica una leyenda posterior con “CONTIENE: y el alérgeno en cuestión”.

Pueden encontrarse en alguna ocasión la frase “puede contener trazas de….”. A este tipo de etiquetado se le denomina “etiquetado precautorio”. Eso significa que, pese a que se hacen todos los esfuerzos para que no haya ningún alérgeno que no esté presente en la lista de ingredientes, no se puede garantizar al 100% porque puede haber presencia de otros alérgenos. Depende del consumidor y de la hipersensibilidad que tenga a ese alérgeno el elegir el producto o no.

Si no se indica la presencia de un alérgeno en el etiquetado significa que no lo contiene, es decir, si un envase no indica que “contiene gluten” es que no lo tiene. Es cierto que las trazas (el etiquetado precautorio) no son de declaración obligatoria, pero para aportar más información al consumidor (y evitar un disgusto innecesario) lo normal es que se declaren.

La odisea del alérgico no termina en el supermercado. Cuando el producto llega a su casa deben continuar con las precauciones necesarias para evitar la contaminación cruzada. Esto es la posible contaminación con otros alimentos. Algunas pautas son:

- Estricta colocación y envasado de alimentos tanto en la nevera como en los armarios.

- Utilizar utensilios de cocina diferentes para estos alimentos.

- Limpieza exhaustiva de superficies para evitar que el alimento se contamine con los que hayan estado allí anteriormente.

- No cocinar unos alimentos con otros.

Si por esto fuera poco, los alérgicos a alimentos deben tener una atención extra cuando salgan a comer fuera. Un consejo: no obvien las recetas, lo que ustedes le añaden no tiene por qué coincidir con lo que elabora el cocinero. Así que consulten siempre todos los ingredientes de cada uno de los platos.

Las alergias alimentarias consiguen que nuestro modo de ver la comida varíe, pero con un poco de atención no debería impedir disfrutar de ella.

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