NORMAS PARA NIÑOS

¿Cómo le hago entender a mi hijo los límites establecidos?

La repetición es la clave para que los más pequeños entiendan cuáles son las normas que rigen dentro y fuera de casa.

Tres niñas corriendo.

Tres niñas corriendo.Pexels

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Los niños son pequeñas personas libres, que todavía no han entendido las normas que implica vivir en la sociedad. Es tarea de los adultos que estamos en su entorno más inmediato explicarles cómo se deben comportar en cada situación. Si tienes niños pequeños y piensas que son desobedientes, que no te hacen caso y que se saltan los límites a la torera, este artículo es para ti.

En NovaMás hemos hablado con Mª Ángeles Sánchez, psicóloga infantil y directora de Crecer, Gabinete de Psicología Infantil para que nos explique por qué los niños a veces hacen oídos sordos a nuestras órdenes, cómo debemos explicarles qué esperamos de ellos y qué es lo que debemos hacer para que entiendan las normas de conducta que queremos establecer tanto dentro como fuera de casa.

Respuesta natural de la infancia

Cuando un bebé nace, actúa según sus instintos; su única manera de comunicarse es a través del llanto y lo utiliza para quejarse cuando sus necesidades fisiológicas no están cubiertas.

A medida que crecen, desarrollan su carácter y muestran sus gustos y preferencias en comida, juegos y actividades. Se siguen dejando llevar por su instinto y exploran el mundo libremente para absorber todo lo que sucede en su entorno.

Es entonces, desde bien pequeños, cuando los adultos tenemos que poner límites a ese descubrimiento -aunque solo sea porque puede ser peligroso escalar los muebles, pasar un semáforo en rojo, utilizar los cuchillos, etcétera- y no suelen ser bien acogidos por los niños, porque están acostumbrados a actuar libremente sin seguir las normas impuestas por la sociedad.

La importancia de la explicación y la repetición

Lo fundamental para instaurar una noma es explicar tranquila y detalladamente a los más pequeños en qué consisten. Dejarles claro qué pueden y qué no puede hacer y mantenerlas en el tiempo.

Según Mª Ángeles Sánchez, psicóloga infantil, "suele ocurrir que solo les ponen límites o normas algunas veces, por lo que como eso solo ocurre en ocasiones, los niños dan por sentado que el resto del tiempo no están en vigor".

Además, recuerda la especialista, hay que tener en cuenta que los niños reciben todos los días miles de estímulos y aprenden cientos de cosas, por lo que es normal que olviden muchas de ellas. "La misión de los progenitores es ir guiando al niño para que aprenda -o afiance- las normas más adecuadas y los comportamientos que esperas de él o ella", insiste.

Aspectos a tener presente para fijar un límite

Atendiendo a las recomendaciones de la psicóloga infantil, Mª Ángeles Sánchez, hay 7 características fundamentales que se deben analizar y tener en cuenta antes de imponer a los más pequeños una norma.

1. Ser importante

Si el límite no es lo suficientemente importante como para dedicarle tiempo y esfuerzo, entonces es mejor no ponerlo, ya que la mayor parte de las veces no le exiges que lo cumpla, por lo que pierde su cometido y tu el pequeño entiende que no es tan importante y que veces se puede cumplir y otras no.

2. Centrarse en la conducta y presentarse de manera clara y positiva

Los mensajes deben ser claros y específicos y no dar lugar a interpretaciones. Asimismo, debes cumplir con el ejemplo, pues si dices una cosa y haces otra, la acción y las palabras no coinciden y el mensaje se pierde porque tu hijo o hija responde a la acción y no a las palabras.

3. Expresarse por anticipado

De esta manera se fijan las reglas del juego y el niño sabe qué puede o no puede hacer. Si en algún momento el pequeño muestra una conducta inadecuada para la que no habías establecido límites, es mejor señalarle directamente la acción y decirle "a partir de ahora, ya no voy a permitir…"

4. Ser comprendido claramente

Para tener la certeza de que ha comprendido el límite, pídele que te lo repita y que te diga qué es lo que puede o no hacer.

5. Explicáte con afecto y con un tono de voz normal

A veces se confunde poner límites con gritar o enfadarse y no es eso de lo que se trata, sino de decir hasta dónde puede llegar el niño de manera clara y señalárselo muchas veces para que lo aprenda.

6. Ser constante

Para que los límites funcionen debes reforzarlo constantemente y de manera consistente. Ningún límite se cumple la primera vez. Tienes que repetirlo hasta que el comportamiento forme parte de su vida diaria y se vuelva automático.

7. Tener claramente especificadas las consecuencias

Para que un límite se cumpla debe tener una consecuencia -ya sea positiva o negativa-; de este modo, aprende a ser responsable de sus decisiones. Las consecuencias tienen que ser del mismo tipo que la falta que se comete y es importante ser consistente con ellas.

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