¡No las digas!
Cinco frases que las mujeres no debemos decir sobre otras mujeres
Sí, amigas, el yugo del patriarcado pesa. Tanto y tan acostumbradas estamos a él que a veces ni nos percatamos que lo llevamos en el ADN: y da igual lo convencida que estés de lo feminista que eres, que hayas hecho todo tipo de lecturas de autoras feministas, que no te pierdas una manifestación.. Da igual, a veces te oyes en tu discurso una nota disonante. Algo que dices sobre alguien, normalmente una fémina, y te pillas en un renuncio: vaya frase más machista he soltado.
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Pues sí, pero tranquila, percatarse de ello es bueno porque es la forma de dejar de hacerlo. Las mujeres solemos ser muy críticas entre nosotras, incluso a veces, malvadas. Por eso ahí van unas frases que convendría erradicar de tu vocabulario.
- “Va vestida como una zorra”. Mal, muy mal, en las primeras posiciones de lo más negativo. Viste como quiere. Puedes pensar quizás que no es tu estilo, que es vulgar para tu gusto, que tú te vestirías de otra forma pero chica, lo de “zorra” tiene unas connotaciones machistas que tumba para atrás. Fuera frase.
- “A saber con quién se habrá liado para estar en ese puesto”. Frase número dos del compendio del patriarcado. Se diría que las mujeres no ascendemos en el ascensor laboral si no es por encamarnos con alguien. Se la oirás a hombres, cada vez menos, afortunadamente. Y también, a mujeres. Flaco favor te haces como mujer si la utilizas.
- “Ha envejecido mal”. Queridas, el envejecimiento es inevitable, así tu cirujano o el anunciante de esta súper crema te diga lo contrario. Unas eligen retrasarlo al máximo y echan mano del bisturí o de determinados tratamientos. Totalmente respetable. E igualmente respetable es aquella mujer que decide aceptar esas arrugas y dejarlas tal cual. Así que evitemos el comentario porque además se fundamenta en ese ideal de belleza siempre joven. Que es falso. Y además, nosotras toleramos muy bien el envejecimiento en los hombres que incluso, nos pueden parecer hasta más atractivos con canas y arrugas. ¿Por qué no lo toleramos igual en las mujeres? Piensa en ello.
- “Ha engordado”. Bueno, pues a veces pasa, ¿y qué? Cierto es que hay que cuidarse pero con esto volvemos al canon de belleza predominante: mujer delgada, joven y guapa. A menudo somos nosotras nuestras peores críticas, con nuestro cuerpo (te comes la cabeza con la celulitis y probablemente, tu amante ni se ha fijado en ella) y con el del resto de mujeres. Hay que tomar conciencia de esto y dejar de hacerlo: así seremos más felices.
- “Es una fresca”. O una guarra, o pon lo que consideres adecuado. No queridas, no podemos caer (y muchas mujeres lo siguen haciendo) en esa trampa del machismo más rancio. Mi madre, que supera los 80 años, solía decirme “el hombre libre, la mujer en casa”. Nosotras no tenemos ochenta años. Nosotras vivimos plenamente nuestra sexualidad y nadie nos tiene por qué poner una etiqueta por irnos a la cama con quien nos parezca. Así que tú tampoco lo hagas. El género te lo agradecerá.
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