NO ES LO MISMO

Las 5 cosas que hemos entendido mal de la crianza respetuosa

Algunas personas creen que la crianza respetuosa y la disciplina positiva se basan en la ausencia de límites y en ser muy laxos con los hijos. Para aclarar ciertos términos y evitar malentendidos, aquí te dejo algunas bases de la disciplina positiva que suelen ser motivo de crítica.

Madre jugando en el parque con su hijo

Madre jugando en el parque con su hijoFreepik

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Hemos hablado y escuchado tanto de crianza respetuosa, que a veces ya ni sabemos bien a qué nos referimos. Suena bien, suena moderno, suena a todo lo que queremos lograr con nuestros hijos… pero en la práctica, se ha confundido, se ha edulcorado, y en muchos casos, se ha malentendido.

Para revisar las bases de este tipo de crianza, repasamos 5 claves que necesitamos revisar y mirar con lupa para entenderlas bien, si queremos formar hijos emocionalmente fuertes, conectados con nosotros y con la vida real.

La crianza respetuosa no significa decir "sí" a todo

Poner límites no es ser agresivo. Decir "no" con firmeza no es traicionar el respeto. Educar sin miedo a que nuestros hijos se enfaden es parte esencial de formar su carácter. No estamos para complacer cada deseo, sino para enseñar a tolerar la frustración. A veces la forma más profunda de respeto es precisamente un límite claro que da seguridad.

Niños divirtiéndose con juguetes de madera
Niños divirtiéndose con juguetes de madera | iStock

No se trata de evitar el conflicto, sino de saber guiarlo

Muchos padres y madres creen que la crianza respetuosa es sinónimo de una infancia sin discusiones, sin enfados, sin momentos incómodos. Pero no. La diferencia es que aquí no se grita, no se humilla, no se rompe el vínculo… pero sí se confronta lo que hay que confrontar. Enseñamos a nuestros hijos a reparar, a hablar, a poner en palabras. Porque crecer no es solo sentirse amado, también es aprender a navegar las emociones difíciles.

En la crianza positiva, no todo se resuelve con validación emocional

Claro que es importante validar y expresarlo con palabras como "entiendo que te sientas frustrado", por ejemplo. Pero si solo nos quedamos ahí, sin dirección, sin estructura, sin consecuencias lógicas, estamos formando niños con gran autoconciencia… y muy poca autorregulación. Validar no significa justificar ni permitir conductas inadecuadas. Validar es el primer paso, no el único.

Ser respetuoso no es desaparecer como figura de autoridad

Hay padres que, por no querer repetir patrones autoritarios, se han ido al otro extremo: no dirigen, no deciden, no sostienen. Pero los niños necesitan referentes de adultos fuertes, presentes, congruentes. Ser autoridad no es ser autoritario. Es ser un faro. Es poder decir "esto sí y esto no. Y aquí estoy para ayudarte a entenderlo".

Una madre junto a sus hijas mirando revistas
Una madre junto a sus hijas mirando revistas | Pexels

El respeto no es solo hacia el niño: también hacia ti como madre o padre

A veces nos olvidamos de que también nosotros merecemos respeto. La crianza respetuosa no debe implicar normalizar groserías, golpes, gritos o desobediencia sistemática. Acompañar emocionalmente a nuestros hijos no significa permitir faltas de respeto constantes. Hay una línea clara entre ser comprensivos… y perder la dignidad.

La crianza respetuosa no es una receta. Es un camino. Y como todo camino, a veces se confunde, se desvía, se llena de dudas. Pero si algo tengo claro es que criar con respeto no significa soltar la dirección. Significa ejercerla con conciencia, con conexión, y con la claridad de que amar no es dejar pasar todo, si no acompañar mientras formamos.

Y tú, ¿cuál de estas cinco habías entendido diferente?

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