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PERO ES UNA MEZCLA COMPLEJA

El tapeo perfecto... ¡existe!

Si el hombre perfecto tiene los pómulos de Brad Pitt, la mirada de Jude Law, el morbo de Fassbender y el cerebro de Wyoming, el tapeo perfecto vendría a ser un mix parecido. Este es el nuestro (en Barcelona).

 

-Saboc

Saboc, un local de referencia gracias a su cocina de temperaturaCocinatis

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Seis tapas y un postre son nuestra opción para elaborar el tapeo perfecto en Barcelona, ya que desde que probamos por separado cada uno de estos platos no hemos podido dejar de soñar en hallarlos juntos en una mesa. Seis tapas y seis restaurantes muy similares, todos ellos abiertos en los últimos años, templos del tapeo contemporáneo a precios muy ajustados de carta (en cualquiera de ellos podemos cenar por 25 €) y en espacios modernos, informales y bonitos. Pepa Tomate, La Pepita, Mon Bar, Bodega Granados, Bodega 1900 y Saboc, seis locales de referencia en la Ciudad Condal que merecen sin duda una visita.

LOS HUEVOS CON ESPUMA DE PATATA Y VIRUTAS DE JAMÓN DE SABOC
Curiosa y muy precisa es la carta de este local que cuenta con cuatro apartados en función de la temperatura de cocción de los alimentos: crudos (muy grande su cebiche), a baja temperatura, fogones y plancha. Pese a que son varios los platos que merecen una mención, nos quedamos con una de las propuestas estrella de la carta que se ha convertido en una de las tapas preferidas de la parroquia: los huevos cocinados a baja temperatura con espuma de patata y virutas de jamón, un perfecto equilibrio de sabores con un punto de cocción perfecto y una cremosidad que crea adicción.
Fusina, 3

LA DORADA MARINADA CON FRESAS Y ESPINACAS FRESCAS DE LA PEPITA
Con fresas cuando es temporada, con naranja en invierno, con unas espinacas de extraordinario sabor que confirman el mimo con que se trata el producto en este restaurante de L'Eixample, la dorada marinada es un plato imprescindible de este templo del tapeo creativo que ha sido merecidamente desde su apertura un lleno absoluto. La Pepita nunca falla, y aunque son muchas las opciones de su carta que nos enamoran (atención a ese foie con chocolate blanco) nos quedamos con esta explosión de texturas, sabores y frescura.

Còrsega, 343.

LOS BUÑUELOS DE ESPINACAS CON ALLIOLI DE MIEL DE PEPA TOMATE
Estábamos entre sus tomates verdes fritos o estas bolas verdes que, lo confesamos, la primera vez que las tuvimos ante nuestras narices (después, claro, han venido muchas más) nos recordó a aquellos inventos maternos para que nos comiésemos la verdura cuando éramos pequeños que ahora nosotros, como tantas otras cosas, repetimos con nuestros hijos. Fue hincarles el diente y nos encontramos con un plato suave, cremoso y dulzón, en el que la miel matiza y redefine el gusto de unas espinacas de potente sabor, adquiridas por el chef Pau Corderas en el vecino mercado de Gràcia. 
Pza. de la Revolució, 17.

LAS CROQUETAS DE JAMÓN IBÉRICO DE MON BAR

De todos los locales mencionados, probablemente este es el único cuyo precio de carta se nos escaparía un poco de los 25 € mencionados anteriormente y nos iríamos hasta los 40 €. Sus croquetas de jamón ibérico, cremosas y con un potente sabor a jamón, que encontramos perfectamente repartido por la croqueta en forma de tropezones, pueden (deben) acompañarse con uno de los vinos de su soberbia selección. Abierto recientemente en L'Eixample, este minúsculo espacio ofrece una cocina mediterránea de mercado en la que destaca, entre otras cosas, el buen hacer de sus arroces. 
Diputació, 220

TERRINA DE PULPO CON ACEITE DE PIMENTÓN Y CREMA DE PATATA DE BODEGA GRANADOS
Su director gastronómico, Iker Erauzkin, define su criatura como “el típico pulpo gallego con patatas”. Y si bien es cierto que no deja de ser un pulpo al uso con pimentón y patatas, éste se presenta braseado en forma de ladrillo, colocado sobre las patatas (aquí, más que en puré, en una suave crema más delicada que el puré tradicional) y con el pimentón líquido servido en un pequeño recipiente para que el consumidor pueda añadirloo a su gusto sobre la criaturita. Nos gusta esta tapa por la originalidad de la propuesta, por ser un buen ejemplo de esa ligera vuelta de tuerca que el chef imprime a sus platos sin perder la esencia del original, y por lo sabroso (y meloso) del pulpo, un producto que no siempre se trata con los debidos respetos en muchos restaurantes, incluso algunos de mucho nivel. 
Enric Granados, 6

EL MELÓN MARINADO CON GINEBRA Y VERMÚ BLANCO DE BODEGA 1900
Dado que el ágape ha sido contundente, nos hemos inclinado por un postre digestivo y poco contundente. Lo cierto es que la vermutería de Albert Adrià tiene unos platos muy notables que bien podrían formar parte de la selección de tapas (la maravillosa caballa marinada, por ejemplo), pero este melón marinado con ginebra y vermú blanco, un postre que se sirve muy muy frío sin llegar a estar helado y que constituye una especie de cóctel comestible, merece un capítulo para él solo en el apartado de los postres gloriosos. Es, sin duda, uno de los postres estrella de un establecimiento con ilustres apellidos detrás en el que reina el tapeo frío de calidad y las consevas de elaboración propia.
Tamarit, 91.

 

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