Elegimos oasis para una mañana de bajón
Siete sitios en los que "comerse" una buena resaca
Música tranquila, ambiente relajado y un desayuno/brunch/almuerzo reconstituyente. Elegimos 7 magníficos para sobreponernos a un resacón de escándalo.
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"Noches alegres, mañanas tristes, noches alegres, mañanas tristes…". Cuántas veces nos habremos levantado de la cama con este cantarín lema martilleándonos la cabeza. Sí, hablamos de algo tan poco asociable con el placer gastronómico como la resaca. Pero nos acordamos de ella con un fin loable: el de proponer siete sitios en los que, a base de una atmósfera tranquilizadora y buenos alimentos, sobreponernos a ese poco agradable síndrome de abstinencia.
La Bikina. De por sí, resulta más llevadero pasar una resaca a una media de 20 grados que con temperaturas frescas o incluso gélidas.
En esta cantina, situada en pleno paseo de la playa de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria, la combinación de la brisa marina (un "must" para librarnos del clavo en la cabeza) y de una buena hamburguesa pueden obrar el milagro de recuperarnos para la vida activa.
Además, sus zumos naturales, el wifi y una buena oferta de revistas especializadas, permiten pasar un largo rato a la espera de que las neuronas vuelvan a funcionar. Aunque los daiquiris están muy buenos, mejor dejar pasar un rato largo antes de volver a intoxicar el cuerpo.
La Bikina. Paseo de Las Canteras 63. Las Palmas de Gran Canaria.
Ewan Salinas. Sí, sí, ya sabemos que ayer te pasaste y que hoy te sientes una piltrafa humana. Pero, recuerda, combatir la resaca exige ponerse en marcha. Y cuanto antes, mejor.
En este local multifuncional, situado frente a la playa de Salinas (Asturias), sirven donuts y tortitas americanas desde buena mañana, ambos con capacidad de absorber cual esponja los licores de la noche anterior. Ya sea en su interior o en su terraza cubierta resguardada del viento, el plan está servido: dejar pasar la mañana a base de zumos y agua (que no es bendita pero, en estos casos, casi, casi) para llegar a la mágica hora del almuerzo y meterse entre pecho y espalda un hot dog de longaniza de Avilés o unos nachos con jalapeños y quesos asturianos.
Ewan Salinas. Pablo Laloux, 1. Salinas (Asturias).
Mastropiero. Gastrobar, jardín… nosotros preferimos llamar a este local de la parte antigua de Cáceres en el que se rinde homenaje a Les Luthiers, simplemente, oasis. Esas mañanas en las que no le daríamos bola ni a nuestro amigo del alma, Mastropiero resulta la opción perfecta para desaparecer. Su patio trasero, escondido de cualquier mirada inquisitoria e indiscreta cuenta con sillones en los que repantingarse mientras damos cuenta de una reconstituyente crema de calabaza con brocheta de pato o una saludable ensalada con perdiz escabechada.
Si preferimos escondernos de los rayos del sol, también podemos acabar en el comodísimo gin club, aunque allí, ¡ay, amigo!, la tentación puede acechar más de la cuenta.
Mastropiero. Fuente Nueva, 4. Cáceres.
La Chanca. La playa de El Palmar en Vejer (Cádiz) es un paraíso natural en el que parece difícil no encontrarse de subidón energético todo el rato. Claro, que también lo era aquel islote tailandés de la película Resacón 2 y mira cómo acabó la cosa…
Si hemos ido cerrando todos los chiringuitos de primera línea de la playa, lo mejor es dejar el arrepentimiento para otro día y enfilar hacia La Chanca, un restaurante con sombrillas de paja en el que dejar descansar a nuestro maltrecho cuerpo.
Para comer, producto de calité: pescados de Conil como la urta, el bocinegro o el pargo, frescos y preparados a la sal. El atún de Almadraba también es cosa fina. Manjares gastronómicos para olvidar los mejunjes de la noche anterior.
Restaurante La Chanca. Avenida de la playa, s/n. Vejer – El Palmar (Cádiz).
Tarannà. En el barrio de Sant Antoni, cada vez más "hipsterizado", se están especializando en pequeñas cafeterías dispuestas a acoger, de buena mañana, a los hermosos vencidos de la noche anterior. No hay mucho secreto: un buen café, una deliciosa selección de tartas, entre las que destacan la de zanahoria y la de chocolate con cerveza Guinness.
También ayudan a despejar la cabeza la penumbra en la que suele estar el local, la prensa del día y una excelente selección musical que huye del taladro a base de jazz y soul. También hay mercadillos de cuando en cuando, por si el consumismo puede echar una mano a la hora de levantar el ánimo…
Tarannà. Viladomat, 23. Barcelona.
Babel. Si lo que queremos es llegar temprano a este café de Torrelodones, lo mejor es utilizar la fórmula del amigo abstemio/ conductor a deshoras o acordar con un taxista la noche anterior una hora determinada (normalmente, cuando comience a mañanear) para que nos traslade. El viajecito merecerá la pena: deliciosos cruasanes, café recién hecho y unas croquetas de esas que quitan el sentío.
También podemos tirar de su wifi para comprobar si ya se han difundido en las redes sociales fotos vergonzosas de nuestra parranda. Y si no, ¿puede haber más placentero que echar un vistazo por sus amplios ventanales? Sin forzar la máquina…
Babel. Real, 39. Torrelodones (Madrid).
Hotel Alfonso XIII. El colofón perfecto para una noche épica, puede ser un desayuno tardío deluxe en uno de los mejores hoteles de Sevilla.
El restaurante, situado en el patio central de estilo andaluz del hotel ofrece un entorno elegante en el que degustar un brunch como pocos: más de 100 platos nacionales e internacionales para ahuyentar a los demonios de la noche anterior.
Desde una excelente selección de quesos a una buena paella, pasando por una amplia variedad de postres, todo está pensado para que el cliente pase la mejor mañana posible. Vale, no es barato, pero cuando estés con la cabeza del revés, pagarás cualquier precio por acceder a esta maravilla. Tu estómago te lo agradecerá.
Hotel Alfonso XIII. San Fernando, 2. Sevilla.
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