¿Qué has hecho para merecer esto?
10 regalos de Papá Noel que demuestran que te has portado mal
Todo empezó el día que les dijiste a tus amigos que te empezaran a llamar 'foodie'. Ay, Dios. Cavaste tu propia tumba y por eso, claro, ahora te ha traído Papá Noel estos engendros. Te lo has buscado.
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De tus fotos de Instagram, el 95% son platos y te has inventado hashtags tan 'graciosos' como #comidillas. Eres un apasionado de lo 'foodie', de los 'food trucks' y de la 'porn food'. Almacenas en casa vinos que no sabes si están buenos o no, pero que tienen etiquetas molonas, te precias de cocinar en cocotte de hierro fundido como una abuela de la Selva Negra... ¿y aún te preguntas que te va a traer Papá Noel? Pues quizá algo de esto. ¿Y sabes? Te lo mereces.
Banana bunker. ¿Te acuerdas de aquella vez que el plátano que te llevabas a la ofi se te espachurró y te dejó hecho un cuadro el bolso de tela Marc by Marc que pillaste en un Outlet por 100 pavos? Supermal, ¿verdad? Menos mal que el banana bunker ha llegado para evitar que penosos accidentes de ese tipo se repitan.
Tapón de botella picantón. Esa referencia de Bierzo o esa otra de Rioja, cien por cien graciano y superindie, merecen un tapón que permita conservar sus cualidades una vez descorchadas. Eso piensas tú y eso entendió tu cuñado, quizá de manera un poco equivocada cuando apuntó tu regalo de Papá Noel. Ahora tienes esto entre las manos, te parece súper ordinario y tienes que esconderlo cuando lleguen las visitas. Jo-lín.
Pistola para el ketchup. ¡Bang! Después de revisar irónicamente tus preferencias 'foodies' y de decirle a todo el mundo que el rollito de Albert Adrià o Diego Guerrero ya no es lo tuyo y que eres mucho, pero muchísimo más fan de las burger guarras de la franquicia más trasnochada, va Papá Noel y te trae esto. Estuvo a punto de dejarte una Thermomix, pero apostaste por ser irónico/guay/gracioso y ahora disparas ketchup a tus tristes patatas congeladas.
Pelador de zanahorias baby. Nunca pensaste que el gordo del traje rojo sería capaz de hilar tan fino como para conectar aquel curso de cocina vegano y el taller de scraping que hiciste para ligarte a aquella pava. Pero lo hizo y por eso ahora pelas zanahorias baby con un sacapuntas. ¿A qué mola? ¡Como cuándo íbamos a EGB, macho!Gafas para la cebolla. No sabes que ha podido pasar, pero en tu carta específicaste claramente "gafas de diseño italiano" y el cabrón de Santa Clos va y te trae esto: unas lentes para evitar que el ácido de la cebolla haga caer lágrimas por tu rostro recién hidratado con crema de día. Tiene que haber sido un error, te lamentas, mientras sigues pelando y pelando...
Minirifles para coger la mazorca de maíz. Tus comentarios superpunkis y macarruzos sobre Donald Trump pero dejando claro que, sí, "que, pese a todo, estuve en Denver y moooola mogolllón", te han condenado a recibir estas dos pistolitas (¿te gustan las pistolitas, verdad?) con las que sostener tu mazorquita de maíz asada para roerla cual conejo de la pradera. Ah, que nunca has probado el maíz así. Vaya.
Garras 'Lobezno style'. Tu póster de los X-Men colgado en tu habitación fue el germen de la idea. Un mix perfecto cocina-cómic hizo el resto: ahora tienes una versión cutre de las garras de Lobeznos para hacer carne mechada de cerdo al más puro estilo yanqui. Hasta, si te pones, puedes prepararlo sin camiseta. ¡Snikt!
Guante para dedos para coger... grasa. A tí, te presumes tanto de flipar con las barbacoas, lo que te pone de los nervios es lo de tener que coger la carne con los dedos. Es súper cutre. Es cómo eso de tener que comer en barra o de esperar la cola interminable de un 'food truck' para comer un perrito regulero por 8 pavos. No te mola, pero tienes que fingir que sí para que tus colegas no te miren mal. Mucho mejor comer el sandwichito del Embassy, donde va a parar, o ponerte estos condones en los dedos para no pringarte.
Delantal micropene. Hay amigos tuyos que siguen pensando que vives en una despedida de soltero permanente. Son los mismos que, cuando les dijiste que ahora clavabas la quinoa, pensaron en regalarte este delantal y, al mismo tiempo, hacer una sutil (muy sutil) referencia a vuestro pasado en común en las duchas del gimnasio. Ay.
Protector de dedos. No es mala idea la que ha tenido Papá Noel. Puesto que ahora cortas verduras con la soltura de Arguiñano, mejor mirar por tus falanges. Este protector anticortes hará que no te cortes ni cuando pongas la quinta en plan "aspirantes, os quedan 14 segundos". Ay, cocinillas de mi vida, ¿ves cómo mira por ti?
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